El continuo cierre de escuelas contribuye a despoblar el rural

n. guillermo / c. viu CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

ANA GARCIA

La desaparición de otro CRA en la zona pone de manifiesto la debilidad de las políticas para retener a las familias

01 ago 2019 . Actualizado a las 21:14 h.

La clausura de cerca de 40 de escuelas de educación infantil en la zona durante los últimos quince años es un indicador más de la evidente despoblación que sufre el rural. La concentración de la población en las áreas urbanas y la normativa sobre el número mínimo de alumnos siguen aumentando el riesgo de desaparición de los centros educativos ubicados en núcleos poco habitados.

Sin embargo, en algunos casos se logró invertir esta situación. En 2014 se pretendía cerrar la escuela de Carnés, pero la presión de los padres logró que continuase abierta.

La última víctima de esta política de cierres es Os Remuíños, en Cabana. La Xunta cierra el centro de Anos, que era sede del CRA, por falta de alumnos.

La escuela de Neaño es la única superviviente de Os Remuíños, ahora integrada en el CRA Nosa Señora do Faro de Ponteceso, que anteriormente absorbió escuelas del municipio de Malpica.

Elena Franco Álvarez, profesora del CRA pontecesán, explica que «para los alumnos, que la escuela de Neaño pase a formar parte del Nosa Señora do Faro no va a implicar cambios en materia de horarios ni del lugar en el que van a asistir a clase». Lo que sí sufrirá cambios será el personal docente, ya que se enviarán desde el CRA por la ausencia de profesores en el centro.

«Es una pena que estos colegios cierren, porque además le dan vida al pueblo. También son buenos para la formación de los niños, ya que en este tipo de escuelas tienen contacto directo con el mundo. Aprenden mucho más mediante actividades y excursiones que chapando la información que viene en un libro», afirma Elena Franco. «Además, el trato con las familias es mucho más cercano y personalizado», añade.

Los alumnos inscritos en la unitaria de Anos, a pesar de su cierre, tienen asegurada la plaza escolar en centros próximos. Cada familia puede decidir si su hijo estudiará en el CPI As Revoltas de Cabana, o si lo hará en la escuela de Neaño, que ahora dependerá de Ponteceso.

«Parécenme unha barbaridade os peches»

«A relación que temos os pais cos profesores é case de familia, moito máis próxima. Isto, para min, facíao moito máis cómodo, e a maiores tíñao a só un paso da casa», afirma Julia Varela Facal, madre de uno de los niños inscritos en la unitaria de Anos.

«O peche destas escolas paréceme unha barbaridade. Estou moi a favor das escolas rurais», añade.

En cuanto a la escasez de niños en algunas de estas zonas, Julia Varela explica que «se hai nenos suficientes, pero os pais moitas veces mándanos aos CPI porque lles parece que nestas escolas non van ter o suficiente nivel educativo, cando o que ocorre é o contrario».

Desde su experiencia tras escolarizar a sus dos hijos en la unitaria de Anos, defiende que la presencia de niños de varias edades en una misma clase contribuye a que los más pequeños avancen en su aprendizaje de forma más rápida.

Ana Casas Souto, cuyo hijo también estaba inscrito para el próximo curso en la escuela de Anos, comparte ese sentimiento de tristeza por el cierre de la unitaria.

«Dáme moitísima pena que peche a escola. No seu momento, pertencíame mandar ao meu fillo a Cundíns, pero xa por aquel entón non había suficientes nenos, polo que decidín inscribilo en Anos. As escolas rurais sempre foron a miña preferencia», declara.

«Os nenos están máis en familia, e teñen unha convivencia máis próxima entre eles. De feito, agora non o vou a mandar ao CPI As Revoltas, senón a Neaño, polo que creo que o cambio non vai ser significativo para o neno porque continuará nunha unitaria coa que xa facía xornadas de convivencia desde a súa antiga escola», añade.

Carmen Méndez Fariña, otra de las madres cuyo hijo estaba inscrito en esa escuela, coincide en el apoyo entre los más jóvenes y los niños de más edad.

«Os nenos máis pequenos aprenden por adiantado cousas doutros cursos, que lles favorecen para os seguintes anos, e os maiores coidan dos pequenos e están pendentes deles», afirma.

«Os nenos que estudan na escola rural están moi ben atendidos por parte dos profesores, e de nivel van xenial. Gustaríame que non tiveran que cerrar porque están máis pendentes dos nenos que nos colexios», concluye Carmen Méndez. Por ello, recomienda a todo el mundo que inscriba a sus hijos en una escuela rural.