Los piquetes se ceban con las ambulancias del 061 en la comarca

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

Cedida

Dos vehículos, con base en Ponteceso y Carballo, sufrieron tres nuevos ataques ayer

23 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El paro convocado por las centrales sindicales CIG, UGT y CC. OO. para reclamar un nuevo convenio colectivo para los empleados del sector de las ambulancias tiene hasta la fecha dos claros damnificados: los usuarios de este servicio y los vehículos asistenciales. Estos últimos sufrieron en la jornada de ayer nuevos ataques. Una de las ambulancias tiene base en Ponteceso y la otra, en Bértoa, Carballo.

Las dos amanecieron ayer con tres de las cuatro ruedas pinchadas. En el caso de la de Ponteceso, volvió a sufrir un nuevo sabotaje pocas horas después de que los neumáticos hubieran sido reemplazados por otros. Una nueva rueda fue pinchada cuando estaba estacionada delante de un complejo hospitalario después de efectuar un servicio sanitario. Con los de ayer son 12 los actos vandálicos perpetrados, supuestamente por piquetes, contra los vehículos del 061 con base en la Costa da Morte.

Ya en la primera convocatoria, que se llevó a cabo del 8 al 11 de este mes, la huelga había dejado sus secuelas en la zona, con la mitad de los vehículos medicalizados saboteados. En aquella ocasión fueron los dos con base en Bértoa y la habilitada en A Silva (Cerceda).

El segundo paro, que comenzó este lunes y concluirá este domingo, arrancó con nuevos actos vandálicos. El mismo lunes y el martes fueron atacadas, de nuevo, las ambulancias de Carballo, tras sufrir el pinchazo de varias de sus ruedas, unos episodios que, por desgracia, se volvieron a repetir en la jornada de ayer en Carballo y Ponteceso.

Retrasos

Estos actos vandálicos provocaron retrasos y cancelaciones de traslados sanitarios y, de hecho, no se pudieron tramitar decenas de altas en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña por déficit de vehículos. Y eso, pese a que la Xunta de Galicia determinó el cumplimiento obligatorio de unos servicios mínimos, del 100 %, que, en teoría, garantizaban los traslados de pacientes. Hubo quien se enfrentó al personal de las ambulancias para mostrar su disconformidad por cómo se estaban desarrollando las movilizaciones.

Para tratar de mitigar los efectos de estos sabotajes, de forma especial en los vehículos con base en Carballo, la Fundación Pública Urxencias Sanitarias de Galicia-061 ha ampliado la cobertura en la zona con otros vehículos asistenciales y de empresas privadas existentes, aunque las largas distancias a recorrer en algunos casos hace que en muchos casos los traslados se hagan con cierto retraso.

La Xunta vuelve a condenar estos actos y pide «responsabilidad» a los sindicatos

Desde la Xunta de Galicia volvieron a condenar estos ataques y piden a los sindicatos que actúen con responsabilidad. Y advirtieron que al tratarse de un servicio sanitario de los mejor valorados por los vecinos, «se continuará a traballar de forma responsable e comprometida coa poboación, para poder prestar a mellor asistencia sanitaria urxente, sen que accións como estas prexudiquen a calidade de asistencia e os cidadáns non se vexan privados do seu dereito a recibir a asistencia sanitaria máis adecuada ás súas necesidades», apuntaron en Sanidade.

En las tres centrales sindicales convocantes dejaron claro que la resolución de este conflicto «pasa pola sinatura dun novo convenio colectivo». La continuidad, o no, de las movilizaciones previstas dependerá, en gran medida, de lo que suceda en la próxima reunión, prevista para el próximo día 28 (jueves). Dicen que quieren negociar, «pero a pelota está directamente no seu tellado [en el de la Xunta]».