Voluntarios de la comarca garantizan la energía eléctrica en Malaui

C.V. / S.G. CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

cedida

En el país africano se han encontrado esta Navidad una monja de Ponteceso y un voluntario con raíces en el municipio

12 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Para los habitantes de Malaui Ponteceso no es un concello cualquiera. En este pequeño país que limita con Zambia, Tanzania y Mozambique vive Teresa Andrade Pérez, que llegó a África Oriental hace 35 años y ha dirigido varios hospitales, además de fundar un orfanato. Ella nació en Langueirón y estas Navidades se ha encontrado allí con Ricardo Baamonde Couto, profesor del instituto Universidad Laboral de Culleredo, y con familia de Brantuas. También se han conocido en la localidad de Chezi la misionera y Élida Pereiro, profesora del instituto Monte Neme de Carballo.

Los dos docentes, junto a Jesús Fernández, también del Universidade Laboral de Culleredo, iniciaron ayer el regreso a Galicia. El día de Navidad partió la expedición Pangono Pangono, que en chichewa, la lengua mayoritaria en Malawi, significa poco a poco. Los tres profesores formar parte de una asociación de voluntarios con perfil técnico, muchos de ellos docentes de FP, cuya finalidad es mejorar la vida de comunidades y la labor que han desarrollado en Malaui tiene que ver con la mejora del suministro eléctrico en hospitales, residencias de estudiantes y orfanatos, uno de ellos precisamente el de la monja de Langueirón.

Pangono Pangono nació en el 2006 de la mano de Ricardo Baamonde, tras un viaje a Malaui, donde conoció el trabajo que realizan las Misioneras de María Mediadora. Entonces ya no estaba en el país Teresa Andrade, que pasó 18 años recorriendo otros lugares de África y que regresó el año pasado. A pesar del tiempo que ambos han pasado trabajando por los vecinos de esta pequeña república, no habían llegado a coincidir hasta ahora.

La última actividad de Pangono Pangono, según cuenta el propio Ricardo Baamonde, arranca en julio y cuenta con la colaboración de la Fundación Esteban Vigil y las asociaciones Ohana y Llamarada de Fuego, además de la ayuda de las misioneras. En verano enviaron a Malaui 26 placas solares fotovoltaicas y 20 baterías. Ahora han realizado cinco instalaciones en centros sanitarios y de acogida.

Cortes constantes

Ricardo Baamonde explica el motivo de la intervención: «A enerxía eléctrica en Malawi é producida por un par de centrais hidroeléctricas no norte do país. Posto que non ten capacidade para satisfacer a demanda, Escom, a compañía estatal soluciona o problema con cortes diarios». A partir de abril, la situación empeora mucho, porque es el final de la temporada de lluvias, con interrupciones del suministro que lo mismo duran horas que días, «dificultando notablemente o labor de profesionais que pretenden axudar e mellorar dentro do posible, a calidade de vida da xente máis desfavorecida do país», explica Ricardo Baamonde.

Con las cinco instalaciones realizadas con el proyecto #AlumeaMalaui, el servicio mejorará notablemente, puesto que permitirá seguir teniendo luz a pesar de los cortes.

Operación Pangono Pangono trata directamente con las destinatarios de las acciones, que en este caso son las misioneras de María Mediadora. Fue Teresa Andrade y sus compañeras las que decidieron cuáles era las principales necesidades. La entidad fundada por Baamonde Couto no obtienen ayudas de instituciones, sino que utiliza fondos aportados por voluntarios, empresas y entidades colaboradoras, además de simpatizantes de la organización. Todo el dinero se ha destinado a la adquisición de material a proveedores que ajustan al máximo los precios.