Los cuatro miembros de la familia Amado, de Ponteceso, practican ejercicio, ya sea corriendo o patinando
15 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Pocas familias hay en la Costa da Morte en la que todos los miembros practiquen deporte. Y muchas menos, todavía, que lo hagan en compañía. En Ponteceso llama la atención el caso de los Amado, en el que tanto los padres como las dos hijas tienen un vínculo muy fuerte con el ejercicio. Unos han seguido los pasos de los otros y, en su conjunto, son un ejemplo a seguir.
Todo tiene su origen en María del Carmen Vázquez (1975, Laxe), que desde pequeña y hasta acabar los estudios secundarios -por aquella época COU- practicó atletismo, participando en competiciones interescolares. Pero luego, quiso ir un paso más allá, preparándose para las pruebas físicas para poder estudiar lo que en su momento fue INEF ahora Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. No obstante, no logró superarlas, y el quedarse embarazada hizo quedar aparcado su sueño. Pero desde hace ocho años, quiso retomarlo, aunque de otro modo.
Junto con su marido, Miguel Ángel Amado (1970, Anllóns), futbolista de toda la vida en la comarca, comenzaron a hacer rutas de senderismo organizadas por los concellos de la zona o por ellos mismos con un grupo de amigos. Hasta que en los últimos años, los viejos recuerdos de atletismo invadieron la cabeza de Mari Carmen, animándola a competir en diversos trails: «Eu vía que moita xente maior participaba nas carreiras e pensei, se eles poden por que eu non», explica. Destaca, sobre todo, su participación en el circuito Correndo pola Costa da Morte, en el que su marido la acompañaba como fotógrafo. Pero, un año después de comenzar aquella experiencia, Miguel cambió la cámara por las zapatillas: «Ves o ben que o pasan correndo e acábaste enganchando», comentó.
Pero no viven solos esta aventura. Su hija mayor, Miriam Amado (1995, Ponteceso) se unió, primero, a las rutas de senderismo y, luego, al atletismo: «É unha maneira diferente de pasar o tempo e, por riba, moi saudable», dijo. Fue tanta la afición que surgió en la familia, que los llevó a crear la Agrupación Deportiva Abellariza, afincada en Ponteceso. Bajo esta entidad, fomentan la práctica del ejercicio en varias modalidades, asistiendo todos los integrantes en conjunto a las distintas actividades deportivas que se organizan en la comarca.
Sobre cuatro ruedas
La trayectoria de esta familia ligada a la gimnasia no se acaba aquí. Las hijas han seguido los pasos de su madre desde pequeñas, aunque practicando otra modalidad: el patinaje artístico. Y también en los estudios, pues la mayor está acabando ahora el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y, la más pequeña, tiene pensado empezar a estudiar, en el 2019, Magisterio. En el caso de Miriam, se adentró en este mundo con solo ocho años. Fue cuando el Concello de Ponteceso implantó este deporte como actividad extraescolar. Desde entonces, a base de mucho esfuerzo y horas de entrenamiento, no paró de crecer como deportista. Por su parte, Clara Amado (2001, Ponteceso) se inició con una edad todavía más temprana. Con solo cuatro años ya asistía a las escuelas deportivas municipales de gimnasia rítmica en Cabana y, tras acompañar a Miriam a los entrenamientos, decidió probar el patinaje artístico y se quedó prendada.
Dos largas trayectorias en el patinaje artístico que acaban en enseñanza
Miriam Amado, luego de iniciarse en Ponteceso, se trasladó a los doce años al Club de Patinaje de Bergondo y, más tarde, acabó compitiendo con el Club Patín Conxuro, de A Laracha, siempre mediante la Federación Galega de Patinaxe. Ya apuntaba maneras, por lo que a los dieciocho años decidió hacer un cambio de tornos: «Ofrecéuseme a oportunidade de ser adestradora e non o dubidei. Sabía que máis xa non ía avanzar, por incompatibilidade cos estudos, polo que a outra faceta víase moi interesante», explicó. Así, ejerció de entrenadora en el club de A Laracha, en las escuelas deportivas municipales de Ponteceso y Laxe, y en la Agrupación Deportiva de Coristanco. Tal fue la satisfacción que sintió como profesora, que ahora está acabando el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. «Desfrutei moito competindo, pero aínda máis ensinando. O deporte é a miña vida e os alumnos apórtanme moito», dice.
Por su parte, Clara es actualmente patinadora individual del Club Patín Conxuro en la categoría juvenil, y también colabora altruistamente como entrenadora en las escuelas municipales de Ponteceso.
Según apuntó su hermana, «destacou dende o primeiro momento. Dáselle, incluso, mellor que a min». Ahora, mientras estudia el primer curso de Bachillerato, el objetivo de ser profesora de Magisterio ya figura en su mente.