Como punto de partida cabría analizar el sistema de titularidad de los terrenos, que se caracteriza fundamentalmente por su excesiva parcelación y por la atomización de sus propietarios. Cada vez las tierras tienen un menor tamaño (un 80 % de las fincas tienen una superficie inferior a media hectárea) y se dividen entre un número mayor de dueños, lo que añade trabas legislativas a cada trámite que desee realizarse.
«Nestes casos non se lle debe botar a culpa á Administración do que fixeron os veciños no pasado», respondía el profesor Vila en el turno de preguntas formuladas por los asistentes. Habla, sobre todo, a las particiones que se realizan en los testamentos. En ocasiones, las subdivisiones alcanzan tal nivel de complicación que es más sencillo pasar el testigo a la siguiente generación y así ahorrarse los trámites.