Calles llenas de cicatrices en Corme

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

Jose Manuel Casal

En el Río da Roda han caído varias mujeres y una de ellas tuvo que ser operada

04 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace un año una mujer de unos 70 años cayó al tropezar en un bache del Río da Roda, en Corme. Tuvo que ser operada en un brazo para ponerle clavos y sufrió heridas en la cara. Después se lastimaron al menos otras dos, Rosi y Mercedes, aunque con consecuencias menos dramáticas. A pesar del rosario de tropiezos, la situación sigue exactamente igual.

Corme es un pueblo con las calles remendadas, llenas de cicatrices. En el cemento a lo largo de los años las empresas de servicios han abierto zanjas y buena parte de ellas han terminado convertidas en cicatrices que hace muy difícil caminar. Si, además, a ello se añade que hay mucha población de avanzada edad, los pequeños accidentes están a la orden del día. En A Solaina han hecho una nueva escalera para llegar desde la parte más vieja del pueblo a la plaza de A Ribeira. Sin embargo los vecinos tienen miedo, porque la pendiente es acusada, no hay barandilla a la que agarrarse y resulta muy fácil tropezar, aunque caerse es una muy habitual en la localidad. La estrecha callejuela que une General Mourelle con el fondo de la plaza de A Ribeira es un peligro tanto por un lado como por el otro. En la entrada donde está la casa del Almirante hay un desigual escalón de cemento que además tiene un peligroso reborde y en el otro lado hay un imprevisto desnivel de medio metro en curva, invisible para los no avisados y con el que te encuentras al doblar la esquina.

En las calles centrales se han realizado mejoras y arreglado el firme con una nueva pavimentación de cemento rugoso, que todavía levanta polvillo. Alguna rúa ha quedado por reparar y el malestar de los vecinos es ostensible. El mal pavimento llega hasta las vías principales. La asociación de vecinos Eduardo Pondal ha pedido mejoras.