La avería del martes, cuando llovió copiosamente en la zona, afectó especialmente a los establecimientos de hostelería. Era la hora de la comida y no pudieron realizar el servicio con normalidad. Sin embargo, después vino lo peor. Al restablecerse el suministro hubo una subida de tensión que provocó daños en varios aparatos, según explicó el alcalde. García Carballido ha animado a los empresarios y a los particulares a presentar partes de daños a sus respectivas compañías aseguradoras.