«Isto é un boicot, pero non contra nós, senón contra o pobo de Ponteceso»

m. rey CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

R. PAN

SON-APIN y BNG cierran filas en torno a Carballido ante la denuncia de la Fiscalía

11 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno local de Ponteceso compareció ayer para responder a las acusaciones y querellas presentadas por un grupo de trabajadores municipales y el sindicato CSI-F. Los siete ediles cerraron filas ante la denuncia de la Fiscalía contra el gobierno, y en particular contra el alcalde, Xosé Lois García Carballido, por supuestos delitos de prevaricación y coacciones. Ante la pregunta de si apoyarían al alcalde en caso de que se le abra juicio oral, tanto José Manuel Pose (SON-APIN), como Carlos Penedo (BNG), ratificaron que seguirán formando parte del gobierno.

Durante más de hora y media desgranaron varios ejemplos de una «campaña de acoso y persecución», en palabras de Isabel Vuelta, concejala de Personal.

Empezó hablando García Carballido, que leyó un comunicado en el que decía que desde el primer día de gobierno, un grupo de empleados llevaron a cabo «críticas, denuncias e reunións para boicotear as actividades e a organización do traballo municipal. Incluso a traballadores que colaboraban e daban o mellor de sí se lles presiona para que traballen o menos posible», dijo Carballido, que también aclaró: «Eu non teño máis que palabras de agradecemento para a maioría dos traballadores». Posteriormente, añadió que «isto é un boicot, pero non contra nós, senón contra o pobo de Ponteceso».

Tomó el testigo la edil de Personal: «Hubo gente que no aceptó la derrota y empezaron los problemas y las denuncias. Menos mal que son un grupo pequeño y esperemos que algún día se cansen», dijo Vuelta. Y pasó a contar: «Un trabajador nos pidió cuatro días de asuntos propios, el 2, 5, 7 y 9 de diciembre. Esta misma persona ya tenía concedidas vacaciones en Navidad. Le dijimos que no se le podían conceder los asuntos propios porque el servicio se quedaba casi sin gente. A los dos días nos pide esas mismas jornadas por horas sindicales. O sea, mala fe. Se lo denegamos otra vez. A la 1 de la tarde se le entregó la denegación y media hora después aparece con un parte de baja». Habló de más casos: «Había personas en el servicio de ayuda a domicilio que solo trabajaban 22 horas a la semana mientras teníamos gente en lista de espera». La concejala anunció que la próxima semana abrirán el primer expediente a un trabajador municipal por este tipo de actitudes: «Vamos a ganar esta batalla», concluyó.

El delegado de Cultura, Carlos Penedo, del BNG, mostró su «apoio rotundo» al gobierno local y afirmó que «xa notamos un ambiente enrarecido desde que entramos. Había xente que levaba 22 anos facendo o que lle daba a gana, e chegou un goberno que o único que intentou foi que o personal fose máis eficiente. Esa xente utiliza a súa xornada laboral para facer política e desatender aos veciños».

José Manuel Pose Verdes, de SON-APIN y edil de Obras, respondió a Alfonso Espiñeira, representante del CSI-F que el pasado jueves le pidió al partido de Pose que retirase su apoyo al alcalde. «Eles falan dun código que temos que cumprir. O noso código é arranxar os problemas da xente. E se segundo eles, o código é botar a un alcalde porque lle pide á xente que traballe, entón teremos que romper o noso código ético. Parece un pecado mortal pedirlle á xente que cumpra co seu horario». Sobre alguno de los funcionarios díscolos, Pose sentenció que «hai xente que non se sabe cando está de vacacións ou cando está traballando, porque aparece polo Concello cando lle vén en gana».

Pose también se refirió a los supuestos problemas existentes entre él y Carballido: «Claro que discuto co xefe, iso é normal. E é bo que nun grupo haxa xente con diferentes pareceres, iso enriquécenos a todos».