Los vecinos pasaron 32 horas achicando agua en Ponteceso

T. L., S. G., J. V. L. CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

En varios puntos de la zona se mantienen los desbordamientos, aunque en la jornada de ayer remitieron las lluvias

10 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de la céntrica avenida Eduardo Pondal de Ponteceso, afectados este viernes por las peores inundaciones de los últimos 17 años, mantienen un ojo en el cauce del río Anllóns y otro en el cielo, a la espera de lo que pudiera suceder, tanto ayer por la noche como en la jornada de hoy, sobre todo si coinciden fuertes lluvias y marea alta.

No es para menos, entre afectados, Protección Civil y GES de Ponteceso, en colaboración con Protección Civil de Malpica y personal de la Xunta, estuvieron 32 horas achicando agua de bajos, sótanos y garajes de una docena de edificios, además de los dos regatos que atraviesan esta céntrica avenida. Solo pararon desde las tres de la madrugada hasta las ocho de la mañana de ayer. Pero el temor a las mareas vivas provoca que ni los vecinos ni los equipos de emergencias bajen la guardia. Y eso que las precipitaciones dieron un leve respiro después de una jornada complicada, como fue la del viernes. Ayer se registraron, de media, entre 4 y 9 litros por metro cuadrado, siendo la estación de O Couto de Muíño de Zas la que mayores niveles de lluvias. En todo caso, algunas zonas de la comarca, sobre todo en Zas, Carballo, Ponteceso o Vimianzo, siguen anegadas y salvo un drástico cambio de panorama a corto plazo, continuarán en riesgo de nuevos desbordamientos.

Pero las lluvias también afectan a las infraestructuras públicas. En Corme, unos 800 vecinos se quedaron sin agua desde primera hora de la mañana hasta las 13.30 horas debido a la rotura de la canalización principal. La tubería general, de fibrocemento y muy antigua, se rompió en las proximidades de As Forcadas.

Más problemas

Por otro lado, la apertura de las compuertas del embalse de Fervenza, por motivos de seguridad, y la incapacidad del resto del río Xallas, con sus otras presas, para darle salida a semejante caudal, deja la mayor parte de los problemas en A Ponte Olveira, donde al puente que une Dumbría y Mazaricos apenas se le ven los arcos y hay varias hectáreas de fincas próximas inundadas. Los propietarios del albergue de peregrinos próximo y de varias explotaciones agropecuarias viven pendientes del nivel del agua, al igual que la empresa Ferroatlántica, que tiene personal permanentemente en la zona, que, además de sus propias labores, recibe las quejas de los vecinos, como hacía ayer por la tarde un técnico, que, al pie del puente, trataba de explicarle la situación a la dueña de una granja visiblemente preocupada.

Esta situación contrasta con la vivida ayer en zonas muy afectadas el viernes. Las dos carreteras que enlazan Erbecedo con A Canosa-Coristanco permanecían despejadas, casi sin rastro de las riadas, salvo algún camino que había ejercido de río a su pesar. Lo mismo sucedía en Entrecruces o en Noví (Ardaña), aunque, eso sí, con cauces desbordados sobre fincas, como en tantos otros lugares de A Costa da Morte, por ejemplo en Torelo (Salto-Vimianzo).

Hoy, por cierto, habrá qué ver el estado de algunos campos de fútbol, como el de As Eiroas de Carballo.