Corme se moviliza para homenajear a sus vecinos

Brais Capelán CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

Hubo una actuación musical, un pregón a cargo de Luis Giadás y, finalmente, se despató la insignia plateada.
Hubo una actuación musical, un pregón a cargo de Luis Giadás y, finalmente, se despató la insignia plateada.

Un carro de vacas se convirtió en símbolo para la localidad

06 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante estos días de devoción y pasión, hubo más protagonistas que los ídolos exhibidos a lo largo de la comarca. Los vecinos de Corme Aldea también recibieron un merecido homenaje. Jesús Veres, Asun Bermúdez y Antón Vidal orquestaron esta muestra de cariño colectiva, que tuvo lugar en el espacio natural del Perillán, en Corme (Ponteceso). Allí reposa inmóvil un carro que fue construido gracias a las donaciones de los vecinos de Corme Aldea, que aportaron piezas y madera para poder crear esta particular escultura.

«É unha homenaxe á xente maior. O carro hoxe en día está practicamente en desuso e seguro que a xente que traballou con eles, cando veña aquí a pasear, vaille gustar moito falar sobre el», explicaba Antón Vidal la finalidad que tiene este homenaje. Un acto que comenzó a las 17.00 horas con una actuación del Grupo de Gaitas de Corme, formado por cinco chicas, que hicieron disfrutar con su música a los más de un centenar de vecinos de Corme Aldea y Corme Porto que se acercaron al Perillán. También estuvo presente Xosé María Varela, de la Fundación Eduardo Pondal y la asociación Monte Branco.

Tras la música llegó el momento del pregón, que corrió a cargo del profesor de historia y miembro de la fundación pontecesana, Luís Giadás. En su discurso recordó la importancia del carro en la historia de la sociedad gallega a través de refranes populares y poemas y agradeció a los vecinos que hubiesen contado con él para presentar este singular monumento. Para finalizar con los actos, se destapó la placa conmemorativa del momento, que llevaba inscrita en su leyenda la letra de la canción O carro de Manuel María. El encargado de descubrir el distintivo no podía ser otro que un veterano vecino de Corme Aldea. El honor recayó en Manuel Méndez, que representó al resto de la localidad con esta simbólica acción.

Xosé María Varela quiso destacar «a importancia dun acto tan fermoso coma este», ya que «desperta a sensibilidade da xente». También destacó que se pudiese aprovechar un espacio para instalar este carro. «É un acto interesante, xa que a xente sinte o carro como algo propio», explicó Varela. Esta idea nació en una conversación en un bar entre Asun Bermúdez y Antón Vidal, en la que pensaron en hacer algo en honor de sus vecinos. Hubo que esperar más de la cuenta, pero los habitantes de Corme Aldea por fin tienen un lugar donde recordar viejos tiempos, cuando todavía los carros eran usados para trabajar.