O Cordobés de Muxía, en su pregón: «Sin los airiños da Barca yo no se vivir»

Patricia Blanco
P. Blanco CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

ANA GARCIA

El veterano hostelero dio el pistoletazo de salida oficial a la Romaría da Barca, que continuará hasta el lunes

09 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Rafael Lucena, bautizado como O Cordobés de Muxía, mítico hostelero, abrió este viernes oficialmente las fiestas de la Romaría da Barca, de Interés Turístico Nacional. Lo hizo con su pregón, y tirando de humor desde el inicio, pues recordó una oferta. Buena y gratuita: «Que os llenéis los bolsillos de humor y alegría para pasar estas fiestas como Dios manda». Más ironía: «Hace poco, muy poco tiempo, cuando me vine para aquí...». Año 68, precisó, siempre de la mano de su «costilla». Evocó la romería de aquellos tiempos, con los devotos llegados desde lejos, durmiendo en los suelos de las casas, también en la de su suegra. «Esta gente, venir desde tan lejos, para dormir en el suelo», pensaba él. Es una voluntad que, dijo el Cordobés, todavía sigue, pero de forma más moderna. «Gracias a Dios tuve aquí muchos amigos, también algunos enemigos, porque las dos cosas hacen falta», bromeó. Pidió diversión para estas fechas, «pero con sentido, respetando unos a los otros».

Entrega de detalle al pregonero por parte del alcalde, Iago Toba
Entrega de detalle al pregonero por parte del alcalde, Iago Toba ANA GARCIA

Se animó hasta con unos versos de cosecha propia, unas canciones que dedicó a su «morena» y a un amigo muxián que ya no está, y al que nunca se la cantó en el bodegón, como le había pedido. Ayer se resarció: «Eu de Muxía me sentín, moi lonxe me fun a vivir, pasei a vida chorando e suspirando, Muxía por ti. Yo no se cantar, yo no se sentir, sin los airiños da Barca yo no sé vivir».

O Cordobés, tercero por la derecha, con comisión y alcalde
O Cordobés, tercero por la derecha, con comisión y alcalde ANA GARCIA

«Dios quiera que en esta Barca, y en en otra y en otra y en otra, nos veamos, aunque sea de lejos», deseó, pidiendo un aplauso para la comisión y animando a los que no hubiesen colaborado con ella todavía a dar algo, «aunque sea un suspiro». Cantando, se despidió O Cordobés: «Para el año que viene vuelvo, para el año que viene vuelvo...».