El veto al autobús crece en los sitios emblemáticos de la Costa da Morte

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

BASILIO BELLO

Muxía elimina su acceso directo hasta A Barca, que Dumbría ya tiene en época de Semana Santa para O Ézaro y el faro de Cabo Vilán para el tráfico en general

15 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el paso de los años, medidas que en puntos emblemáticos de media Europa son habituales desde hace decenios acaban imperando en la Costa da Morte. En lugares también de referencia, no solo para la comarca, sino en el ámbito nacional o internacional, de Fisterra a Vilán. Llegar a los extremos en un coche (no ya en un autocar) es algo impensable en determinados puntos de enorme afluencia.

El último en dar un paso en este sentido ha sido el Concello de Muxía: los autobuses no podrán seguir accediendo hasta A Barca, así que tendrán que quedarse en el muelle (o en la entrada de la localidad, en la zona de O Vilar, si quieren caminar más sus ocupantes). La medida aún no está en vigor, pero lo estará este mes y durante todo el verano. Habrá que coordinar con la Policía Local, poner las señales de prohibición, establecer en qué casos sí se podría permitir una excepción (por ejemplo, en casos e discapacidad o problemas de movilidad), y además colocar nuevo mobiliario urbano que sirva a mayores como barrera estética.

«O de facer isto era un sentir xeral, pero ninguén se atrevía», explicaba ayer el alcalde, Iago Toba, que tomó la decisión junto a sus dos compañeros de gobierno. Influyen varios factores, y entre ellos evitar los atascos que a veces se producen junto al santuario cuando hay muchos turismos o afluencia, y también «o impacto visual» de ver en ese lugar tantas aglomeraciones. Pero también hay un factor de protección del comercio local. El regidor dice que ha constatado que a veces llegan autocares llenos que acceden directamente hasta la Punta da Barca, la gente se baja, pasa unos minutos, se va y ni siquiera se detiene en la localidad. De esta manera se anima a los visitantes a parar, pasear, parar en bares o tiendas, descubrir el pueblo, además de aliviar de tráfico toda la carretera de acceso. Toba asegura que la medida ha sido muy bien acogida (pese a las dudas existentes), y en los próximos días la explicará con detalle, cuando ya esté todo cerrado.

BASILIO BELLO

Muxía se suma así a actuaciones similares. El Concello de Dumbría la pone en marcha en O Ézaro desde hace tiempo en fechas muy señaladas, como los días festivos de Semana Santa, o en jornadas en las que se sabe que la asistencia va a ser muy superior a lo habitual. Como medida permanente, de momento no se va a implementar, indica el alcalde, porque los flujos habituales son llevaderos, con sitio de sobra para girar, aunque en algún momento concreto sí pueda haber alguna retención o problemas (como cuando se ocupa la zona de carga y descarga junto al pantalán). Y también es cierto que no hay lugares para aparcar antes de la entrada al bulevar: la única opción es descargar y volver a por los pasajeros. 

Iluminación

Sobre esos días de elevada asistencia, precisamente este verano regresa la iluminación nocturna de la cascada, que ha estado parada durante la pandemia. Aún no hay día fijado, porque los operarios están con la instalación, pero seguramente se hará la semana que viene.

Camariñas es otro de los espacios que tomó medidas en su momento para impedir que los vehículos (todos) accedan a la explanada del faro. Fue un cambio histórico, tras decenios funcionando como aparcamiento y habituales atascos. La explanada reservada está a unos metros, hay que caminar en pendiente, pero no ha habido problemas desde que se puso en marcha hace dos años. «A xente asimilouno ben», explica Olga Campos, la presidenta de la asociación de empresarios, entidad a cargo de la gestión del centro de visitantes. Que, de momento, los hay, pero no son muchos. Campos espera a ver en julio, y qué incidencia puede llegar a tener la subida del coste de la vida a la hora de viajar.

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El cierre del acceso al faro de Fisterra, una tarea pendiente desde hace años 

Los puntos más occidentales de Europa tienen vetado, desde años, el acceso de vehículos a los extremos. Ocurre en varios lugares de Bretaña (no solo en el mítico y equivalente Pointe du Raz), en Normandía, en el Cabo da Roca... Es un tema recurrente en Fisterra desde finales de los noventa, y más aun después con el plan especial del Monte do Cabo que elaboró el estudio de César Portela. Pero sigue pendiente, ya sea para poner la valla en la zona de Cabanas o ya desde la iglesia de As Areas. «É un tema que está aí pendente, non esquecido», reconoce Xan Carlos Sar, teniente de alcalde. Lo que se consiguió con la primera reforma del entorno del faro y de la conversión del Semáforo en hotel fue impedir la entrada de coches más que para ambos lugares, con aparcamiento tope en la primera explanada (plaza de Stephen Hawking). Hasta ahí llegan turismo y autocares, con su espacio reservado. A veces hay quien no respeta las señales y se forman atascos y problemas. Sar es partidario de recuperar el personal que en su momento se encargaba de organizar el tráfico y vigilar el entorno en un punto que concentra a miles de personas.

Un tren con recorrido circular y hasta el parador de Lourido  

Una de las novedades del verano en la movilidad va a ser el tren turístico de Muxía. El mismo que ya funcionó en Fisterra hace un tiempo, ahora estará en A Barca. Realizará recorridos circulares por la capital municipal y su entorno, y llegará hasta el parador de Lourido. Precisamente por esta ruta está pendiente el alcalde de un encuentro con la Deputación, que es la titular de la carretera. Por eso Iago Toba prefiere no dar una fecha de inicio de este servicio, que en todo caso sí debería estar funcionando a finales de mes, y también en la próxima Semana Santa. Además, servirá de apoyo a aquellas personas que lleguen a Muxía en autocar, no quieran o no puedan caminar hasta el santuario y suban directamente en este peculiar vehículo. Además de su uso en Fisterra, el tren turístico se ha empleado en numerosas ocasiones en Cabana o en los concursos de tapas de Carballo.