Las pilas de Moraime, que los Franco usaban como maceteros, más cerca de volver a Muxía

Marta López CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

El Concello agradece el «compromiso» del presidente provincial

24 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadie dijo que vaya a ser fácil, pero no por ello dejarán de pelear. Muxía quiere recuperar a toda costa las dos pilas del monasterio de Moraime que la familia Franco utilizaba a modo de maceteros en el Pazo de Meirás, ahora de titularidad pública. Llevaban en el templo desde su construcción, en el siglo XII, pero en los años sesenta un camión se las llevó justo después de una visita que hizo a la localidad Carmen Polo, esposa del dictador.

Después de que la Justicia dictaminase que el inmueble es público, ahora falta dirimir qué bienes de los que había en él forman parte del pazo. Sin embargo, el proceso se está dilatando más de lo esperado y la vista judicial para determinar este asunto acaba de aplazarse por segunda vez, hasta mediados de enero, porque el letrado que asiste a la familia Franco tenía otro señalamiento fijado para la misma fecha del mes de noviembre.

Sin embargo, en Muxía no pierden la esperanza y cuentan, según explica el alcalde, con el «total apoio» del presidente provincial, que habría trasladado la reclamación al equipo que trabaja en este proceso. «Estou contento e agradecido co presidente provincial, pola implicación que está mostrando», apunta Iago Toba, que añade: «Seguiremos pelexando por este asunto aínda que o traslado das pezas vaia ser complicado ao tratarse dun ben de interese cultural. Pero, como xa dixo Valentín González Formoso, tamén parecía complicado recuperar o pazo e conseguiuse», indica el alcalde muxián.

Las pilas, una bautismal y otra de agua bendita, de entre 80 y 90 centímetros de diámetro, eran empleadas por la familia Franco como maceteros en el exterior del inmueble. «O estado é bo. Indigno, pero bo. Non están deterioradas nin amontoadas nun almacén. Son totalmente recuperables», explica el mandatario. La idea, en caso de conseguir recuperarlas, es devolverlas a su lugar original una vez restauradas: al monasterio de Moraime, en cuyo atrio estaban cuando Carmen Polo se encaprichó de ellas.

Eso es, al menos, lo que declaró ante notario el que en su día fue cura de Moraime, José Barrientos Carnés. Aunque no es el único testimonio aportado al amplísimo expediente que acompañó a la solicitud, ya que en él figuran también valiosos testimonios de vecinos de la zona que certifican que las pilas sí estuvieron en el monasterio hasta mediados del siglo pasado.

Si bien el caso del expolio en el templo muxián ha sido quizá el más sonado [las reivindicaciones se remontan a muchos años atrás], no ha sido el único, ya que un pueblo de Segovia ha abierto una investigación para dirimir si una pila bautismal que les desapareció en 1958 -también tras una visita de la esposa del dictador- está en Meirás. Cuando el pazo pasó a ser público se hizo un inventario de bienes en el que figuran cuatro pilas: dos serían las de Moraime y otra, creían algunos mayores del pueblo segoviano, podría ser la de Frumales.