La familia promotora del establecimiento denunciará a Naturgy por el retraso
03 ago 2021 . Actualizado a las 13:44 h.La familia García-Puertas de Muxía contaba con empezar este verano a recuperar la inversión realizada en la adecuación de unos apartamentos turísticos en la plaza Santiago Rey Fernández-Latorre en Muxía. En diciembre del 2019 presentó a Naturgy la solicitud de suministro, pero no ha podido abrir la instalación porque no tiene el enganche hecho todavía. Por ese motivo, los empresarios, que están pagando una hipoteca y el sueldo de un trabajador, iniciarán acciones judiciales contra la compañía, incluso a sabiendas de que no es la única responsable de la situación. «Nosotros pedimos el servicio a Naturgy, y la empresa que después le reclame a quien corresponda», explicó Alberto García-Puertas.
Hace más de un año, el 5 de mayo del 2020, que la suministradora de la electricidad le pidió a Portos de Galicia una autorización parar tirar una línea subterránea de media tensión desde el transformador, que se encuentra en el muelle. Las obras de adecuación del edificio y todas las gestiones necesarias para la apertura del negocio están listas desde principios de este año, pero siguen sin el servicio y ni siquiera han comenzado los trabajos para realizar el enganche.
Los trámites se han hecho tan largos y farragosos que Portos y Naturgy no han podido ponerse de acuerdo en un año. A finales de mayo el departamento de la Consellería do Mar le pidió nueva documentación a la compañía eléctrica que consistía en una garantía provisional del presupuesto de las obras. También entonces estaba pendiente la licencia municipal, que dependía de la respuesta de Portos.
Las pérdidas son cuantiosas porque han quedado sin toda la campaña de verano, que les permitiría poder ingresar algo de dinero. No comprenden los dueños del edificio el motivo del retraso ni la razón por la que cuando Naturgy hace la primera solicitud a Portos, el ente público tarda cuatro meses en dar por recibida la demanda y otros 60 días en hacer la primera enmienda a la documentación.
El único escollo está en los permisos, porque el trabajo es sencillo, se trata solo de una pequeña zanja de poco más de un centenar de metros de longitud. Durante todo este tiempo, la familia propietaria ha presentado al menos una veintena de quejas, pero ninguna parece haber dado resultado hasta el momento.