Para ello, se pusieron manos a la obra con empresas asiáticas. «Se hizo todo en Muxía, pero para diseñar los espacios, contactamos con proveedores japoneses. La idea surgió por el covid, ya que este concepto ofrece mucha privacidad. Por eso, todas las camas cuentan con una persiana. «No es para nada claustrofóbico, ya que lo hemos adaptado al público de aquí. Así, cuentan con intimidad y comodidades, ya que cada cama tiene su propia Smart TV, con acceso a plataformas como Netflix, cascos y conexión USB para descargar fotos o enchufar el móvil. Además, las taquillas también funcionan de forma electrónica, se programan para cada cliente».
El albergue se inaugurará previsiblemente el día 15, aunque Sandra Paz, señala que todavía no está definida la fecha. Ella gestiona junto a su marido dos casas rurales y, el nuevo alojamiento se construyó en un garaje que no utilizaban en una de las viviendas. Para ello invirtieron unos 60.000 euros. «Queríamos facer algo diferente e de calidade, que ofrecese un servizo novo. Falando con César gustounos o estilo xaponés, pero adaptándoo as típicas cápsulas ao público de aquí, e mantendo o deseño cubista». El espacio cuenta con diez camas de 1,5 por 2 metros. Además, cuenta con una sala común con conexión a Internet, y una cocina en la que instalaran máquinas de vending para los usuarios. «Apostamos por utilizar cubertos e utensilios biodegradables. Tamén instalaremos un composteiro fóra». En cuanto al nombre, Et Suseia, proviene del latín. «Significa ‘vamos más allá' y es el grito del peregrino», explican.