Un nuevo problema en la carretera que lleva al último rayo de sol

Marta López CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

Ana Garcia

Tras años de reclamaciones que permitieron mejorar el acceso a cabo Touriñán, el lugar por el que el astro dice adiós a la Europa continental, ahora preocupa el estado de un puente oxidado

06 abr 2021 . Actualizado a las 13:42 h.

Nunca 12 kilómetros de carretera habían copado tantos titulares como los que conducen al faro del cabo Touriñán, en Muxía. Un lugar que se volvió especialmente popular después de que el físico Jorge Mira descubriese que durante dos meses este apartado paraje acoge el último atardecer de la Europa continental. Muy frecuentado durante todo el año, y especialmente durante esos meses, lo cierto es que hubo un tiempo en el que llegar hasta ese punto del occidente gallego era toda una aventura.

En la actualidad ya se ha completado el asfaltado del vial, pero a lo largo del trazado llegó a haber tantos socavones que en algún tramo se extendían de lado a lado de la calzada. Un «perigo público» decían los alcaldes de Muxía y Cee, ayuntamientos por los que discurre esta carretera. El viaje a Touriñán se antojaba un recorrido al mismísimo fin de la tierra.

Tras años de reivindicaciones, la Autoridad Portuaria de A Coruña se comprometió a cederle a los concellos la titularidad de la vía y a arreglar antes las numerosas deficiencias que presentaba. En el 2017 se alcanzó el acuerdo y el Puerto prometió a los alcaldes invertir 600.000 euros en mejoras. Pero la materialización de ese ofrecimiento se demoró hasta el verano pasado, cuando arrancaron unas obras no exentas de polémica por retrasos, interrupciones y deficiencias.

Hoy día, con el aglomerado ya concluido y la señalización a punto de ser pintada y colocada, es último elemento el que despierta la preocupación de vecinos y políticos, sobre todo en épocas de mucha afluencia como ha sido esta Semana Santa: el puente de Pontenova. Preocupa el estado de las barandillas, con acero carcomido en su base, la falta de quitamiedos en un tramo con bastante pendiente y la posible inestabilidad de los cimientos, ya que pueden verse algunos hierros al aire en las vigas que soportan el peso de la infraestructura.

Estado del puente oxidado en la carretera de acceso al faro Touriñán
Estado del puente oxidado en la carretera de acceso al faro Touriñán BASILIO BELLO

Compartidas estas inquietudes con el regidor muxián, la alcaldesa de Cee, Margarita Lamela, trasladó a la Autoridad Portuaria la necesidad de revisar este elemento antes de concluir la obra y de que se haga efectiva la cesión de la titularidad de la carretera a los ayuntamientos. Según explicó ayer Lamela, se comunicó con Puertos antes de Semana Santa y desde la entidad se comprometieron a examinar ese puente. Con la reciente popularidad del turismo de experiencias tras la pandemia, Touriñán necesita una carretera en condiciones para el transporte privado, porque el público no es precisamente el fuerte de la Costa da Morte.