La fuga de cuatro ediles hace oficial la fractura del gobierno local de Muxía

Marta López CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

Mónica Vilela, Irma García, Tania Romero y Manuel Caramés son ahora no adscritos

28 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los cuatro ediles socialistas contrarios a la gestión del alcalde muxián, Iago Toba, formalizaron el sábado su ruptura con el gobierno local solicitando por vía telemática su salida del grupo del PSOE y pasando a ser no adscritos: se trata de Mónica Vilela, Irma García, Tania Romero y Manuel Caramés. De este modo, Toba se queda, contándole a él, con tres concejales, los mismos que tiene el Partido Popular, que lidera la oposición.

La gobernabilidad se le complica al alcalde, que actuará ahora en minoría y con la sombra de una posible moción de censura sobrevolando su cabeza. Los números cuadran, pero Sandra Vilela, portavoz popular, asegura que a día de ayer todavía no se había hablado nada al respecto. Si finalmente se llevase a cabo, dice Vilela, «o único culpable sería o propio Toba, que coa súa política populista conseguiu enfrontar ao pobo de Muxía».

La líder del PP, sin embargo, se mostró abierta al diálogo con el ahora escueto grupo de gobierno para aprobar medidas que beneficien a los vecinos: «Apelamos ao mesmo que vimos facendo dende o principio, ao diálogo e a intentar chegar a acordos. O PP estará do lado das prioridades dos muxiáns, e se o goberno quere empezar a telas en conta, aquí terá unha man tendida», dice la popular.

Ayer Mónica Vilela, la edila que llevó la voz cantante del grupo crítico con el alcalde y a la que Toba cesó de sus funciones hace alrededor de un mes, renunció al sueldo que le correspondía por su dedicación. «Se o alcalde decidiu non devolverme as funcións, pese a que o pleno me apoiou, non vou cobrar un salario sen estar traballando, porque non é ético», informa Vilela, que asegura que decidió esperar todo un mes antes de formalizar su renuncia para ver si desde el partido o por parte del propio alcalde se abría la puerta al entendimiento.

Pedir disculpas

Ahora, señala la concejala, se interesarán por las necesidades de los vecinos y les explicarán lo ocurrido: «Queremos falar con eles para explicarlles o motivo polo que nos vamos e o descontento existente con Toba. Tamén queremos pedirlles desculpas, porque ao fin e ao cabo eles confiaron nun grupo de xente que foi a que axudou a poñer ao alcalde onde está». También añade que ni ella ni los otros tres concejales bloquearán ninguna iniciativa que sea positiva para el pueblo; pero el procedimiento de actuación es algo que todavía tienen que estudiar, dado que no implica lo mismo pertenecer al grupo mixto que al de no adscritos.

Otra dedicación más

Por su parte, el regidor considera que Vilela renunció ayer a su sueldo por presión social y por la indignación existente entre los vecinos porque esta edila estuviese cobrando durante un mes sin haber desempeñado sus funciones, ya que había sido cesada.

Toba también anunció que en los próximos días procederá a reorganizar su equipo con los dos ediles que le quedan, pero ya es oficial que Olalla Benlloch pasará a encargarse de las áreas de Cultura y Educación, que llevaba Vilela. Lo hará sin cobrar, algo que decidieron «de mutuo acordo».

El alcalde quiso poner el foco -ahora que Mónica ya ha desistido de su sueldo- en la dedicación que ostenta la concejala Irma García, otra de las que se van al grupo de no adscritos: «Ela, que leva varios meses de baixa, terá que dicir que pasa agora coa súa dedicación, xa que ela si que abandona as súas funcións de xeito voluntario», estima Toba, que ha bautizado el entendimiento entre estos cuatro concejales y el PP como una «nueva alianza» formada para tumbar todo aquello que él trate de sacar adelante, como es el caso de los presupuestos, abordados en el último pleno.

Iago Toba, que asegura tener al pueblo de su parte, promete que esta fractura en el equipo de gobierno «non se notará nas rúas coa paralización de ningún proxecto importante», asevera.