La Guardia Civil evitó un altercado entre percebeiros y bateeiros en A Barca de Muxía

MUXÍA

Ana García

Cincuenta mariscadores impidieron el acceso a las rocas más preciadas del litoral muxián a los extractores arousanos

20 may 2020 . Actualizado a las 21:00 h.

La punta de A Barca de Muxía fue el escenario este miércoles por la mañana de la representación real del enfrentamiento que vienen manteniendo recolectores de mejilla para las bateas y los percebeiros de la Costa da Morte. Unos cincuenta mariscadores impidieron el acceso a las rocas más preciadas del litoral muxián a los extractores arousanos. Fue necesaria la presencia de cuatro patrullas de la Guardia Civil, que evitó que el enfrentamiento superase las amenazas y las palabras y los mejilloneros se batieron en retirada.

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Pasadas las nueve de la mañana empezaron a llegar a A Barca de Muxía los bateeiros, unos 25 vehículos con medio centenar de trabajadores. La llegada ya impactaba."Isto parece unha invasión", se le oía a alguna vecina. Cuando quisieron bajar a las rocas se hicieron presentes los percebeiros. Habría otro medio centenar, alguno con piedras en las manos. Estaban dispuestos a impedir que accediesen a las que consideran sus mejores bancos. Los mariscadores muxiáns estaban reforzados por otros llegados de Corme, Caión e incluso de A Coruña. Al ver el cariz que tomaba la situación, el alcalde llamó a la Consellería do Mar y a la Subdelegación del Gobierno para pedir presencia de agentes.

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Hubo gritos, amenazas e insultos. El ambiente era muy tenso y daba la sensación de que en cualquier momento se podía desencadenar un enfrentamiento. En medio se interpusieron unos 15 agentes de la Guardia Civil, que consiguieron que la cosa no pasase de las palabras y se mantuviese la paz. Después de los tiras y aflojas, los mejilloneros se batieron en retirada pasadas las once de la mañana.

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El ambiente está muy caldeado en el sector. No es el primer encontronazo entre ambos colectivos, que ya tuvieron sus más y sus menos en A Coruña, Corme, Baldaio y otros puntos de la costa coruñesa. Los bateeiros sostienen que ellos tienen derecho a la extracción de mejilla, pero que se lo impiden. Necesitan hacerlo en este tiempo, pues se le agota el período más propicio para su labor, pero se encuentran con la oposición permanente de los percebeiros. Señalan que están dispuestos a mostrar sus extracciones para que comprueben que no dañan el percebe. Por otro lado, esgrimen que son objeto de amenazas, tanto en directo como por las redes sociales.

Toñito Haz, de la agrupación de percebeiros de Muxía, reclama sobre las rocas de A Barca que la Consellería do Mar tome medidas. Ya hubo una reunión, pero no surtió efecto. No están dispuestos a que los extractores arousanos pisen los mejores bancos de crustáceo, a los que ni ellos mismos van en todo el año. La zona de A Barca es el área sagrada de los percebeiros muxiáns. Solo acceden a ella una semana en Navidades y otra en verano. Esgrimen que los bateeiros dañan los mejores bancos. Por eso reclaman que las cofradías y agrupaciones de percebeiros puedan fijar unas áreas sensibles y que los mejilloneros puedan faenar en el resto del territorio, pero no se dan estas condiciones, dicen. "Que tomen medidas, a cousa pode arranxarse pacíficamente", asegura. A lo que no están dispuestos, agrega, es a que los arousanos "veñan ás zonas máis sensibles".

  El alcalde de Muxía, Iago Toba, que intentó mediar para evitar que el conflicto pasase a mayores, afirmó que es necesario buscarle una salida a las diferencias entre ambos sectores. Dijo estar a favor de sus percebeiros y argumenta que es necesario llegar a un acuerdo para que los extractores de mejilla puedan trabajar, pero que eviten ir a determinadas zonas sensibles de acuerdo con los percebeiros. "Non podemos deixar que o sangue chegue ao río", declaró, tras comentar que lo sucedido esta mañana "non é agradable". Sin embargo, en su intervención esta mañana en Radio Voz tuvo un tono crítico hacia los mejilloneros por su forma de llegar a Muxía: "Parecía unha marea de bateerios". Eso, en su opinión, pone de manifiesto la intención con la que llegaban a su pueblo.

Cada bando fue abandonando el escenario entre reproches. Ninguno quedó conforme ni con lo sucedido ni con la situación. Ahora esperan a ver dónde puede surgir el siguiente foto de enfrentamiento, al que menos que haya alguna solución.