Persisten las acciones temerarias en las zonas con peor oleaje del litoral

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

Cedido

El domingo se vivieron en A Barca momentos de peligro protagonizados por turistas

25 feb 2020 . Actualizado a las 09:29 h.

La pesca deportiva se cobra cada año, de media, dos vidas en la Costa da Morte. En los últimos diez años se han contabilizado 18 fallecidos y otras 17 personas, heridas graves, precisaron de rescate. Touriñán, O Coído, A Barca, O Lourido, A Punta da Buitra (Muxía), Sisargas, Barizo, Nariga (Malpica), Reira (Camariñas)... La lista de sucesos es tremendamente amplia. Y trágica en muchos casos. Lo mismo sucede con los peregrinos que han perdido la vida ahogados, sobre todo en playas de Fisterra, principalmente O Rostro, Mar de Fóra o Langosteira. O los accidentes protagonizados, en su mayoría, por turistas y peregrinos que se la jugaron, y se la juegan, cada día, con olas de 4 o 5 metros por un selfie que subir a las redes o de recuerdo, tanto que las fuerzas de seguridad y los voluntarios de Protección Civil extreman la vigilancia en las zonas más hermosas del litoral, pero, a la vez, muy peligrosas.

Unos vídeos realizados este fin de semana de turistas caminando por el entorno de la punta de A Barca (Muxía) mientras olas de 4 metros rompen con toda la fuerza contra las rocas, vuelven a poner de relieve el elevado grado de inconsciencia, de desconocimiento de los riesgos y de la zona y de un alarmante y preocupante exceso de confianza. En uno de los vídeos se observa a una mujer y una menor junto al faro, mientras las olas rompen contra las piedras. Y eso conlleva un peligro enorme.

El jefe de la Policía Local de Muxía, José Manuel Blanco Lema, apuntó que la patrulla realiza cada día, y de media, «entre tres e catro visitas á Barca para comprobar que todo está correcto», Y añadió: «E case sempre nunha das veces temos que baixar do coche patrulla e ir correndo ata as pedras para avisar á xente de que se retire».

Entornos peligrosos

Blanco Lema apuntó que A Barca, muy visitado por peregrinos y turistas, es un entorno especialmente peligroso para pasear: «Alí o mar bate moi forte, e xera moita espuma branca, o que dificulta moito un posible rescate. Se unha persoa cae alí, as posibilidades de morrer son moi elevadas». José Manuel Blanco Lema recordó que «un domingo da Barca houbo que rescatar sen vida a unha persoa que afogou ao caer ao mar». También relató un episodio ocurrido el pasado año, que no acabó en tragedia por los pelos: «Era unha parella con dous menores. Eran turistas de visita en Muxía. Estaban na punta da Barca e nun momento dado acercáronse moito ao mar e unha ola levounos. Tiveron sorte de que había xente preto e correron a auxilialos. A nós chamáronos e acudimos o máis rápido posible. Cando chegamos axudamos a subir a estas catro persoas, que sufriron rabuñadas, cortes e lesións, algunhas delas importantes, aínda que, por sorte, todo quedou nun susto», indicó el jefe de la Policía Local, quien se preguntó: «Como se pode ser tan inconsciente a achegarse as rochas con dous menores nunha zona que non coñeces?». Aquel día, de hecho, la Policía Local de Muxía venía de participar en otro rescate, en este caso de unos pescadores deportivos en A Punta da Buítra, también en Muxía. Uno de ellos, fue una joven que se había caído al mar arrastrada por una ola; su acompañante bajó a auxiliarla. Por suerte, también quedó en un susto.

Pero no siempre es así, y las estadísticas por desgracia, están ahí para corroborarlas.

Un helicóptero cuesta 2.200 euros la hora, y una embarcación, lo mismo, pero al día

El 13 de junio del 2012, la Xunta publicó el decreto 130/2012, del 31 de mayo, por el cual la Consellería de Medio Rural e Mar fijó unos precios públicos por el uso de medios humanos y técnicos para el rescate de personas.

Y el decreto deja bien a las claras que se cobrará rescate a aquellas personas que realicen actividades y deportes «que entrañen risco ou perigosidade», o cuando el operativo se lleve a cabo «en zonas perigosas e expostas, entendendo por difícil acceso rompentes, acantilados ou barrancos», o que las personas salvadas no lleven el equipamiento adecuado para el desarrollo de la actividad.

Los precios públicos aplicados son como para tener en cuenta: 2.200 euros por movilizar un helicóptero durante una hora; otros 2.200 euros, por una embarcación de más de 18 metros de eslora durante un día (450 si tiene menos de esa eslora), y 75 euros por cada vehículo. Eso, sin contar con los costes de uso de personal.