La marea de promesas del Prestige

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

ANA GARCIA

Algunas se cumplieron, otras se olvidaron, y aún quedan las que están a punto, como la del parador

15 jul 2020 . Actualizado a las 00:09 h.

Han pasado ya 17 años del Prestige. Mucho tiempo, y como la memoria suele diluirse en él, a veces parece que la única promesa para la Costa da Morte derivada del desastre ambiental fue el parador de Muxía. Esta obra está más de actualidad ahora que hace (por poner una cifra) diez años, ya que en el mes de marzo está prevista su apertura, justo antes de la Semana Santa. Es un compromiso casi icónico: el del más fama, el primero en hacerse y el primero que llega. A los niños que nacieron con él les quedará poco para la mayoría de edad.

Autovía. Pero, no, el parador no fue la única obra comprometida para la zona en los dos Plan Galicia que se llevaron a cabo, con diferentes ramales. El primero, del Gobierno del PP, y el segundo, a finales del 2005, con Touriño en la Xunta. De hecho, la autovía tocó a los dos, y al ritmo que va hasta que se termine, aún tocará algunos más: en el 2009 se rescindió el contrato con la empresa, cinco años más tarde volverían las obras, y en julio del 2016 se inauguraban la primera fase, hasta Santa Irena. En breve deberá licitarse la continuación hasta Calo. La vía de alta capacidad Cee-Sardiñeiro se ejecutó en el 2011. De la variante a Brens nunca más se supo.

Polígonos empresariales. Otra de las grandes promesas. El de Vimianzo fue el primero acabado (octubre del 2008) de los anunciados tras el Prestige. El ministro Rato había anunciado en un consejo de Ministros, en mayo del 2003, que se crearía Suelo Industrial del Atlántico (y se hizo), con 15 polígonos nuevos en Galicia, la mayor parte en la comarca. Algunos se quedaron por el camino, como los de Camariñas, Laxe o Muxía. A Laracha y Cee tuvieron mejor vida. Buño sigue inactivo. Carballo entraría en el paquete vía Xestur.

Seguridad marítima. Es algo que suele estar lejos de los focos o del debate político, pero crucial para evitar otros Prestige. Los compromisos fueron serios, y se cumplieron, además de una manera rápida. Recuerda un poco al Cason: a raíz de esta accidente se amplió el dispositivo de separación de tráfico marítimo y se creó el centro de Control del monte Enxa. En este caso, gracias al Prestige llegó el remolcador Don Inda, un barco de acción rápida y anticontaminación que, desde el 2006 está en el puerto de Brens, y a veces en Laxe. Construido en Santurce, sustituyó al remolcador Luz de Mar, habitual en Cee hasta entonces. También fue una obra muy importante el radar de control marítimo Chan das Lagoas, en Berdeogas (Dumbría). El ministro Álvarez Cascos lo anunció ya en el 2002, al poco del Prestige. Cuatro años más tarde era una realidad. No puede decirse lo mismo del helicóptero de rescate que, aunque no ligado directamente al hundimiento, al final acabó siendo un compromiso metido en el miso paquete. La realidad es que se construyó la base en Lires (Cee), y se dotó de helicóptero, pero se vio que el lugar elegido no era apto y ahora solo queda un galpón y una pista en los montes de Ruibo.

Fachadas marítimas. Aunque no suele hablarse de ellas, resulta que fueron casi las primeras actuaciones compensatorias contratadas y adjudicadas, para dar un mayor realce a los puertos, tanto para comodidad de los usuarios como para atraer el turismo (el parador va precisamente en esa línea). Muxía, Camariñas o Fisterra fueron las principales localidades beneficiarias, y el cambio estético ha sido notable. La actividad pesquera, no obstante, ha caído mucho desde entonces.

Puertos: ampliaciones o nuevas instalaciones. Como en la línea anterior. El caso más claro es el de Brens, en Cee, que sirve sobre todo para dar servicio a Ferroatlántica, ocasionalmente a barcos de madera, y más raramente para que atraquen cruceros. No es una promesa del Prestige, porque la lucha por su ampliación en la comarca viene de mucho antes, pero los aluviones de ayudas y promesas espolearon la financiación para esta obra (pasó también con otras que estaban en el cajón político desde hacía mucho), que finalmente se ejecutó en el 2012. Iba a ser un gran motor económico comarcal, sobre todo con una vía rápida desde el final de la autovía (cuando se haga hasta Lobelos, será corredor), pero tanto una cosa como otra van a tener que esperar. En este amplio paquete de medidas portuarias también llegó la gran reforma de Caión, muy orientada a los visitantes, y la ampliación de Sardiñeiro, en Fisterra: ahora es un puerto con buenas instalaciones, pero con muy poco uso local. De los deportivos, solo llegó el de Muxía.

Otras actuaciones

Ayudas económicas. Fueron las más inmediatas: marineros y mariscadores que no podían salir a trabajar cobraban regularmente una compensación, que rondaba los 1.200 euros. No solo en la Costa da Morte, claro, sino en buena parte de la fachada atlántica. En mayo del 2003, los datos proporcionados por el Gobierno central hablaban de 5.552 cheques mensuales.

En esos primeros meses, donde las mareas negras parecían no cesar, llegaban numerosos donativos a la Costa da Morte, tanto de instituciones públicas como privadas o particulares. Tras las primeras semanas en las que cada destinatario las gestionaba como sabía o podía, acabó constituyéndose la Fundación Arao, que llegó a invertir casi tres millones de los donativos en la zona: mejoras en Nemiña y Lago, en Muxía; paseos en Fisterra y A Laracha, reforma de un albergue en Corcubión, pavimentaciones... El Prestige influyó, de manera indirecta, en obras de varios concellos cuyo origen suele pasar desapercibido, y no solo en la Costa da Morte. La Xunta canalizó otras ayudas para la zona, por ejemplo vía Igape.

Plantas acuícolas. Fue una de las promesas derivadas para la reactivación económica comarcal. No se hizo ninguna. Al contrario: los anuncios generaron líos políticos y vecinales, con sonoras manifestaciones Moreira y Touriñán, en Muxía; el Cabo Cee, en Corcubión, y Camelle, siguen como estaban.

Parques eólicos municipales. Se prometieron cinco para la zona, pero solo llegaron dos: Vimianzo y Ponteceso. Camariñas, Carnota y A Laracha esperan. Y Cavisa, que aparecía en aquella relación. El de Cerceda llegaría más tarde, pero en otro plan.

Dinamización turística. Hubo varios planes, muy heterogéneos. Aún quedan casetas sin uso en varios concellos que iban a ser puntos de información.