Continúan las misas, llega el pregón y las primeras actuaciones, con la Panorama en la velada nocturna
13 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy • Fin de semana intenso en Muxía, donde hoy comienza lo fuerte de la Romaría da Barca, de Interés Turístico Nacional. La novena está en marcha desde el pasado 5 de septiembre y los romeros no dejan de llegar. El entorno del santuario es un bullicio constante y en el templo habrá nuevamente hoy oficios religiosos a las 09.00 y 19.00 horas, cantados por la Coral de Muxía.
Misas mañana y tarde se sucederán desde este sábado, hasta el lunes, siendo de destacar el domingo. Este viernes 13 comienza, de otro lado, el apartado lúdico de la celebración: el lanzamiento de 21 bombas de palenque, a las 12.00 horas, será la señal de que la fiesta ha empezado. Pasacalles con gaitas llegadas de Fisterra y animación con Abaladeiras de Muxía, Fol de Veneno y el grupo de gigantes y cabezudos local irán caldeando la jornada hasta alcanzar las nueve de la noche, cuando está previsto el pregón a cargo de Xoán Babarro González (plaza Cabo da Vila). Escritor y profesor natural de tierras ourensanas, fue maestro durante años en escuelas de la localidad, de ahí su elección y su vínculo con la romería. A todo ello, previsto en la jornada de arranque, hay que sumarle una sesión vermú y un tiempo de verbena que empieza fuerte, a cargo de la orquesta Panorama y de la discoteca móvil CDC. Auténtico espectáculo musical que continuará en próximas veladas: mañana, con la París de Noia, y el domingo con Los Satélites. Grandes orquestas, y además en fin de semana.
Tres generaciones de camino al Santuario de la Barca
Maruja (65 años), Sonia (43), Lola (40) y Lucas (11) pusieron ayer rumbo al santuario de la Virxe da Barca desde Os Muíños (imagen superior). Hubo años en los que salían de Carnés (Vimianzo), núcleo de origen en algún caso, pero ahora que han sumado mayores y niños prefieren partir de algo más cerca, un trayecto algo más corto. Iban en la tarde de ayer acompañados por dos perros. Caminan unos por la «costume» que no puede faltar y otros por ofrendas, que siempre hay. Tres generaciones en un mismo peregrinar.