Las autoescuelas toman por fin aliento tras una nefasta campaña de verano

Marta López CARBALLO / LA VOZA CORUÑA / LA VOZ

MUXÍA

Eva Sarmiento

La huelga de los examinadores, que duró casi seis meses, hizo bajar el número de matriculaciones y retrasó mucho la obtención de licencias

16 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La campaña de verano para una autoescuela es lo que Difuntos para una floristería. Las más pequeñas tienen tanto volumen de negocio en esos tres meses escasos como en el resto del año. No es de extrañar, entonces, que la huelga de examinadores que se prolongó durante la segunda mitad del 2017, fuera un palo para ellos, y de los grandes.

«Convocouse, como é evidente, na época máis complicada e na que sabían que podían facer máis ruído», considera José Antonio Espasandín, de Alvespa Carballo. De un examen a la semana -como mínimo- que solía hacerse en una temporada normal, este año se hizo uno al mes, y con suerte. «Moitos rapaces deixaban de facer prácticas porque, claro, non sabían cando lles había de tocar facer o exame e non querían seguir pagando sen necesidade. O problema é que, cando finalmente tiñan a proba, non ían o suficientemente preparados, porque levaban tempo sen ter as sesións», explica Manuel Gándara, de la autoescuela vimiancesa Muxía.

Meses de espera

Este retraso generalizado acabó derivando en una larguísima lista de espera que apenas esta semana comienza a descongestionare. Desde la academia Ovidio, de Cee, apuntan que Tráfico llegó a trabajar también por las tardes durante algunas semanas para sacarse de encima el exceso de solicitudes atascadas por la huelga.

«En xaneiro houbo bastante apuro, pero agora xa volvemos ao ritmo normal de sempre. En canto solicitamos un exame xa nolo conceden ao terceiro día», indica Juan Blanco, responsable de la autoescuela Soneira, de Vimianzo. Blanco no considera que el parón de los examinadores haya supuesto una debacle para los negocios más pequeños, sino más bien una incomodidad para los alumnos, que son los que han tenido que esperar.

Un 20% menos de matrículas

El problema, indican los empresarios, es que muchos jóvenes, hartos de esperar una cola que parecía no acabarse nunca, optaron por trasladar sus matrículas a autoescuelas de Santiago de Compostela o A Coruña, donde ellos pasan los meses de septiembre a junio. «Moitos dicíanos: ‘Bueno, saco o teórico aquí e despois o práctico xa o farei alí onde estudo’. Outros simplemente preferían esperar a que chegase setembro e comezar directamente en Santiago», indican desde Ovidio.

En algunos casos han cifrado el descenso de las matriculaciones en un 20%, cifra demasiado elevada para ser recuperada así como así. «Viñamos duns anos nos que, despois da crise, parecía que iamos recuperándonos pouquiño a pouco, pero con isto paralizouse por completo», explica Tino Blanco Rodríguez, administrador y director del grupo Autoescola Norte.

Y lo más preocupante es que no ven factible recuperar lo perdido, al menos, hasta que vuelva la temporada estival, puesto que estos primeros meses del año no hay suficiente movimiento. «Ou actúas forte e rápido no verán, ou senón o resto do ano morres da risa», asevera Tino Blanco, quien añade que pedirán compensaciones económicas al Estado, al que culpabiliza del desastre organizativo que abocó a decenas de autoescuelas al cierre o a los despidos, ya que no se establecieron unos servicios mínimos desde el principio de la huelga. «Quen fallou aquí foi a Administración», sentencia.