La romería de A Barca gana terreno y recupera el ambiente tradicional

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

El botellón y las actividades más ruidosas fueron limitadas y hubo más tranquilidad

11 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En Muxía quieren reconquistar A Barca, y lo están consiguiendo. En los últimos años, muchos vecinos se habían bajado de la fiesta e incluso dejaron el pueblo en las fechas de la histórica celebración por culpa de los desmadres. «Este ano foi de transición», dijo el alcalde, Félix Porto, quien, al igual que muchos muxiáns, quiere que su romería abandone el botellón y el caos y recupere el ambiente familiar, con música en las calles y el disfrute de los espacios públicos por parte de todo el mundo.

Ayer ya parecía otra Barca. El pueblo estaba mucho más limpio que en años anteriores y la tranquilidad del ambiente, a pesar del gentío, resultaba sorprendente. Había 24 autobuses aparcados en el puerto. Las acampadas menguaron y además quedaron circunscritas al ámbito de O Vilar, donde se instaló una carpa para un festival de música electrónica. Según el presidente de la comisión, Ramón Pérez, pusieron coto al horario de los establecimientos con discotecas y similares y se han fijado espacios concretos para las actividades más ruidosas. La actuación de Panorama fue seguido de forma multitudinaria y los fuegos artificiales, que llenaron el puerto muxián de colores, fueron muy celebrados.

«A verdade é que todo resultou moi ben. Queremos volver á Barca de antes. Xa se ven máis familias. Todo vai moito máis tranquilo, normal, pouco botellón e reduciuse o tempo das discotecas», expresó Pérez Barrientos, que también es el responsable de Protección Civil de Muxía. Todo ello se notó también en la disminución de cortes y otros percances típicos de estas celebraciones.

El cambio se notaba ayer nada más entrar en la localidad. Al margen de la reducción de la zona de acampada, se veían numerosas personas disfrutando serenamente frente al mar a lo largo del paseo marítimo. «Menos movemento, mellor ambiente», apuntaba un policía local. En una atmósfera a todas luces mucho menos ruidosa los romeros deambulaban por las calles con pausa. No estaba mucho de acuerdo Aurora Montes, en el tiro: «É á primeira vez que veño e esperaba algo máis». Sin embargo, Francisco Moreta, en el tiovivo, decía sentirse satisfecho con la actividad de todo el fin de semana. Nada mal le iba a Lito Mambis en la pulpeira. Tenía previsto cocinar 700 kilos de pulpo los cuatro días de fiesta. «Vai coma todos os anos», comentaba. En un solo día ventiló 300 kilos.

El alcalde, Félix Porto, estaba contento con la evolución de la romería, por lo que quería felicitar a los organizadores, que, en su opinión, hacen un trabajo ingrato y sufren desencantos y críticas pese a que afrontan una labor difícil. «De marabilla», calificó el regidor estos días de fiesta, que la quiere más tradicional y sin botellón, y con especiales medidas de limpieza y seguridad.

«Hai xente traballando as 24 horas do día para que todo funcione»

 

 

A las seis de la tarde, el presidente de la comisión de fiestas de A Barca, Ramón Pérez Barrientos, solo había dormido cuatro horas desde el día anterior. «Hai xente traballando as 24 horas do día para que todo funcione», manifestó al alcalde, quien recordó que a las seis de la madrugada ya salieron a recoger la basura y a baldear para que el pueblo estuviese presentable por la mañana. El regidor apunta que, con la reducción de botellón, se evitan cuantiosos daños en mobiliario público. «Temos que buscar entre todos a fórmula para recuperar o ambiente de romaría», comentó.

Las celebraciones rematan hoy, con pasacalles y, de nuevo, procesión, en este caso desde la iglesia hasta el santuario, donde habrá misa solemne y traca de bombas. La de ayer fue generosa y, por primera vez, remató con siete bandas de colores: violeta y amarillo. La música hoy la pondrán Principal y Armonía Show para la Barca más tranquila en años.