HEMEROTECA | Habían pasado años en silencio, pero su restauración en el 2002 permitió volver a oírlas
27 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«Hacía años que las campanas del santuario de la Virxe da Barca estaban en silencio. Cinco, las de la torre de la iglesia, y cerca de diez, las de la peineta situada frente al templo. La cercanía del mar, el viento y la salitre acabaron con ellas. Los yugos se pudrían sin remedio, incapaces de resistir la corrosión». Así comenzaba La Voz una de sus crónicas del 2002, la correspondiente al regreso de las campanas a este templo de Muxía un día como el de hoy, hace ahora 15 años. No se trataba de grandes estructuras, pero lo suyo costó recuperarlas, tal y como indicaba el todavía hoy párroco, Manuel Liñeiro. Concretamente, unos 15.000 euros (hasta en 30.000 había recibido algún presupuesto). En aquellas alturas de agosto, la obra estaba ya prácticamente terminada, por lo que podrían ser estrenadas para la romería da Barca que se avecinaba, algo que muchos esperaban. El acero inoxidable fue el material elegido para que las campanas y resto de elementos permaneciesen inalterables en su sitio. Y, ya sí, tañendo.