La limitación de las acampadas sigue sin notarse en los espacios costeros

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

X. AMEIXEIRAS

Soesto amaneció ayer con alguna tienda que lleva varios días instalada en la zona

21 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La orden de la Demarcación de Costas para poner coto a las acampadas y a la proliferación de tiendas de campaña en espacios protegidos va a precisar tiempo para demostrar su efectividad, como quedó demostrado ayer en el conjunto dunar de Soesto, que amaneció con tiendas de campaña instaladas, alguna de las cuáles lleva varios días en la zona.

Desde el departamento dependiente del Ministerio de Medio Ambiente explican que son ellos mismos los que tienen la potestad para vigilar que se cumpla la normativa y también, llegado el caso la facultad sancionadora, «sin perjuicio de otras Administraciones en sus competencias», con lo que los propios ayuntamientos podrían hacer valer otro tipo de regulaciones para limitar este fenómeno.

En cuanto al problema de los estacionamientos, y en relación al caso de Nemiña, que es donde se está registrando una mayor problemática, Costas señala que «los ayuntamientos son los responsables de la búsqueda de soluciones definitivas a los aparcamientos mediante los documentos de planeamiento territorial». De ahí que soluciones como la adoptada en esta playa muxiana, donde se ha habilitado terreno particular cedido para dar cabida a los vehículos son «provisionales y temporales». De hecho, los residentes de la zona dudan que vaya a tener efecto positivo alguno y lo que realmente reclaman es que se permita el proyecto privado de área de servicio de caravanas, que ya venía funcionando, pero que se ha paralizado porque la Xunta no le ve encaje dentro del Plan de Ordenación del Litoral.

El alcalde de Laxe, José Manuel Mouzo, está en contra de que se elimine la acampada en Soesto porque entiende que no les supone problema alguno ya que «non hai casas cerca nin estorban a ninguén». Incluso el propio Concello acaba de instalar allí baños químicos. Considera que la reacción de Costas responde al problema de Nemiña y «pagamos uns por outros». En cualquier caso, entiende que es una norma que hay que aceptar y cree que «agora os caravanistas terán que vir durmir a Laxe e de día volverán para alí, porque de dez da mañá a oito da noite poden estar».

Mouzo también señala que la capacidad para vigilar el espacio e imponer sanciones corresponde a Costas, y no sabe cómo piensa articularla, si a través del Seprona de la Guardia Civil o con otros medios. Por el momento, lo que se está es avisando a quienes están instalados en el entorno para, a partir de que se instale la cartelería de advertencia, adoptar otro tipo de medidas.

En el vecino Concello de Ponteceso, como señala el edil José Manuel Pose, tampoco les ha llegado directiva alguna que les conmine a realizar este tipo de vigilancia. De ahí que también entienda que es una cuestión de Costas. En cualquier caso, incide en que no tienen la problemática que se puede dar en Laxe o en Muxía. «Aquí tampouco hai grandes sitios nos que se instalen. Como moito podes ver unha ou dúas caravanas de vez en cando na praia da Hermida, pero é algo puntual», afirma Pose que, en su caso, no lo percibe como un problema.