Era inicios de julio del 2003. Las nasas volvían a mojarse y los compradores regresaban a las rulas
02 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Tras la negra parada del Prestige, la flota de bajura de la Costa da Morte salía de cuentas a inicios de julio del 2003. Así, después de siete meses de paro forzoso, el pulpo retornaba a la lonja: «Los marineros pasaron la primera noche de incertidumbre y dedicaron el día a recoger aparejos. El nivel de capturas, sobre todo de pulpo, no fue elevado, pero desde cofradías y embarcaciones se veían como normales las cifras alcanzadas en las básculas de las rulas por la fecha del año, poco propicia [para el cefalópodo]», contaba La Voz al día siguiente.
Después de siete meses a recaudo, por tanto, las nasas volvieron a mojarse. «Aunque desde los barcos siguen viéndose restos de chapapote -ayer mismo se divisó una pequeña mancha flotando en las cercanías de Muxía-, por ahora los barcos llegan a puerto con el aparejo limpio», se explicaba asimismo. La presencia de compradores en las lonjas evidenciaba, por otra parte, una recuperación de confianza por parte de los consumidores.