Algunas propuestas empiezan a generar ya quejas serias por parte de grupos de peregrinos

La Voz

MUXÍA

La semana pasada dos peregrinas preguntaban en Olveiroa (Dumbría), y además ante el propio alcalde que se encontraba allí en ese momento, a dónde podía acudir para poner una denuncia

31 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La semana pasada dos peregrinas preguntaban en Olveiroa (Dumbría), y además ante el propio alcalde que se encontraba allí en ese momento, a dónde podía acudir para poner una denuncia, porque con los cambios de señalización en la ruta antes de llegar a Ponte Olveira se habían visto obligadas a dar un rodeo y, aparte, a subir una empinada cuesta de manera innecesaria.

Es solo un ejemplo, pero según atestiguan los profesionales que tienen negocios en esta zona, las quejas relativas a la alteración del trazado, con intereses puramente mercantiles, van a más. No son ni mucho menos exclusivas de la Costa da Morte, ni tampoco algo nuevo, porque la picaresca en relación al Camino es tan antigua como los propias peregrinaciones, según atestiguan diferentes reseñas históricas.

En la zona hay sitios, caso del de Corcubión, donde todavía hoy queda gente que no tiene claro cuál es el verdadero trazado. De hecho, ni el propio Xacobeo ha parecido conocerlo con certeza en más de una ocasión, lo que ha dado lugar también a conflictos.

Uno de los casos paradigmáticos de estas disputas es el de Lires (Cee), donde en diferentes épocas la ensalada de pintadas, carteles, flechas amarillas y demás ha dado lugar a equívocos interesados.

Detrás de todo ello, subyace siempre la misma motivación, que tiene poco que ver con las aportaciones culturales y de intercambio consustanciales al Camino. Únicamente responden al interés empresarial de particulares -en algunos casos respaldados por los propios concellos- para llevar a los peregrinos a las puertas de sus negocios.