Los obreros regresan al Parador de Muxía año y medio después

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

XESÚS BÚA

Los técnicos iniciaron ayer las comprobaciones y el lunes trabajarán con normalidad

24 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando estaba a punto de cumplirse año y medio desde que cesaron las obras en el Parador de Lourido en Muxía, ya que desde octubre del 2015 no había actividad y esta ya estaba reducida desde meses antes, ayer se podían ver en la zona a varios técnicos y demás personal, realizando comprobaciones y dotando la obra de los suministros necesarios para empezar a trabajar.

Según explicó el alcalde, Félix Porto, que no podía ocultar su satisfacción por la noticia, los trabajadores se dedican estos días a comprobar, por ejemplo, que las grandes grúas que dominan el paisaje pueden funcionar después de tanto tiempo detenidas, y que el resto de equipos se encuentren listos para trabajar.

A partir del lunes llegará el grueso de la plantilla de Tragsa, que ejecuta el proyecto, y de las empresas colaboradoras, con lo que los trabajos volverán a cobrar forma.

El camino hasta aquí no ha sido precisamente sencillo, sobre todo a raíz de que la Abogacía del Estado interpretase que la modificación del proyecto, para dar cabida al campo de golf y a otras modificaciones, debía ser refrendada por el Consejo de Ministros. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, le dio al alcalde la palabra que de iba a poner todo de su parte para que el Parador siguiese adelante, pero con un Gobierno en funciones y dos elecciones generales de por medio hubo que esperar. En cuanto se conformó el actual Ejecutivo de Rajoy, el asunto fue llevado a uno de los primeros consejos de la nueva etapa y quedó desbloqueado. A partir de ahí, Turespaña, que es la sociedad propietaria, y Tragsa se metieron en faena con las cuestiones administrativas y logísticas, con lo que el reinicio llega en las fechas anunciadas.

El retraso es más que considerable, sobre todo si se tiene en cuenta que el Parador es una promesa nacida de la catástrofe del Prestige, hace ya tres lustros, pero ahora, al menos eso es lo que le comunicaron al alcalde, las previsiones pasan porque se apuren al máximo las posibilidades constructivas en lo que queda de año, aprovechando que se supone que lo peor del invierno ha pasado y que las condiciones serán óptimas para trabajar.

Con los brazos abiertos

La sensación generalizada entre los profesionales de la hostelería y el hospedaje de Muxía consultados es que el Parador solo puede traerle consecuencias positivas. Todos consideran que los verdaderos efectos no se podrán ver hasta que esté en marcha, pero auguran un efecto arrastre en cuanto a promoción y visibilidad, más que una competencia como tal.

«Todo o que sexa traer actividade e hostalaría de calidade para a zona a min paréceme bo. Son máis oportunidades e creo que non podemos pensar no Parador como un competencia para nós», reflexiona Belén Liñeiro, de Casa Castiñeira, uno de los establecimientos de la localidad mejor valorados por los usuarios.

«Haberá que velo cando bote a andar, pero non me preocupa como competencia porque penso que vai máis cara a outros públicos. Preocúpame máis que a xente empece a tolear e que se impoña unha forma falsa de explotar o turismo con prezos desorbitados, porque é algo que vexo que xa está a pasar. Eu tamén viaxo e vexo o que hai por aí adiante», dice Manuel Sambad, de lleva siete años con Casa Ceferinos y 35 en el sector con el resto de su familia.