El «Prestige» sigue presente en la vida y el paisaje de Muxía

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. Lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

XESÚS BÚA

El desastre ecológico supuso una pequeña revolución social y económica para la localidad que todavía se percibe en la calle. Han pasado 14 años de la tragedia

10 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Queda chapapote. En Cuño, junto al Parador con las obras paradas de Lourido,... y en general en cualquier zona rocosa alta a la que no llegue habitualmente la marea. Permanecen muchas referencias simbólicas, como el bar Prestige, el Coído do Voluntariado, la enorme escultura pétrea de A Barca, denominada A Ferida y tributos más modestos, como el que llegó de Asturias en forma de tronco de madera tallado con gaitas, que todavía se conserva en el paseo marítimo.

El desastre ecológico del que este fin de semana se cumplen 14 años tuvo una influencia directa sobre la fisonomía de Muxía, a la que se le otorgó el carácter de zona cero del desastre, y de toda la Costa da Morte. La más palpable, la construcción del primer tramo de la autovía desde Carballo al límite de Vimianzo, que entró en funcionamiento este año, o el Salón do Voluntariado, un centro cultural y multiusos del que carecía Muxía antes del accidente del petrolero, e incluso el propio Parador, que si alguna vez se termina está llamado a marcar un antes y un después en materia turística.

Sin embargo, más que en lo material, donde realmente permanece el Prestige es numerosos ámbitos sociales. El psicólogo social y senador del PSOE Ricardo García Mira escribió un libro científico al respecto, que analiza cuestiones muy palpables en el día a día: relaciones de pareja, de amistad, hijos que nacieron de aquella época y una efervescencia en visibilidad exterior e incluso económica, que hizo de un desastre una etapa revolucionaria de la historia muxiana.