Una romería más esperando por una solución para la Pedra de Abalar

Á. P.

MUXÍA

La emblemática mole sigue padeciendo los efectos del temporal que la desplazó de su sitio y la fracturó en enero del año 2014

08 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las piedras que rodean el santuario de A Barca son el vestigio visible de los ritos ancestrales que tras el proceso de cristianización dieron origen a la popular romería. Entre todas ellas sobresale la de Abalar, una mole granítica de unas 70 toneladas de peso que constituye por sí sola -y por la singular cualidad que le da nombre- un motivo de peregrinación. Sin embargo, los romeros que acudan este año a Muxía se quedarán de nuevo con las ganas de hacerla oscilar a causa de los efectos del temporal que azotó el lugar en enero del 2014.

Dos años y medio después de que fuese desplazada y fracturada por los golpes de mar continúa sin aclararse su futuro. Ni siquiera hay acuerdo entre los expertos sobre si el lugar en el que fue vuelta a colocar la piedra es su emplazamiento original (tal como sostiene el arqueólogo y restaurador Miguel Ángel López Marcos) o está desplazada casi medio metro (según defiende el profesor Antón Castro). La cuestión es que la piedra sigue sin abalar y puesto que el futuro del fragmento desgajado pasa por su musealización antes que por intentar una nueva unión -habida cuenta de que todas las operaciones realizadas desde la primera fractura, en los años 70, han acabado fracasando- las imágenes de los visitantes haciéndola oscilar como si se tratase de un balancín tendrán que aguardar a una solución alternativa.

Aún les queda, eso sí, la posibilidad de intentarlo y el consuelo de poder acercarse a las otras piedras legendarias que pueblan el lugar: la de Os Cadrís, identificada por la leyenda cristiana como la vela de la barca en la que la Virgen llegó a Muxía y a la se atribuyen cualidades medicinales; la do Temón y la da Furna dos Namorados. Un auténtico museo pétreo a un paso del santuario.