El arte local carece de espacios de exposición permanente en la zona

J. V. L., P. B. M., T. L. CEE / LA VOZ

MUXÍA

j. m. casal

Especialistas reclaman instalaciones adecuadas dirigidas con un criterio profesional

21 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Costa da Morte vive una efervescencia de las artes plásticas, que viene ya de décadas y que no se circunscribe solo a los creadores locales, ya que son numerosos, y además con un nivel sobresaliente los pintores y escultores que deciden instalarse en la comarca, muchas veces por razones creativas. Sin embargo, esa ingente obra, que podría convertirse en un reclamo cultural y turístico de primer orden en ocasiones ni siquiera se puede ver en la zona, a no ser que tengas la suerte de entrar en el taller del artista en cuestión. Según los expertos consultados faltan salas en condiciones y, sobre todo, un criterio profesional para dirigirlas, que permita la existencia de colecciones permanentes.

El reciente fallecimiento de Yoshiro Tachibana, el pintor japonés afincado en Muxía durante casi medio siglo, ha reabierto el debate y algunos de los especialistas locales que mejor lo conocieron opinan que sería una buena ocasión para paliar ese déficit y honrar su memoria. El profesor y crítico de Arte Antón Castro prevé realizar una demanda pública al respecto y señala que esta insuficiencia de infraestructuras es común a toda Galicia. «Na maioría dos pobos pequenos non hai nada, con algunhas excepcións como pode ser o museo do gravado cerca de Corrubedo ou a Fundación Carlos Maside en Sada». Incide en que «esperar pola axuda pública é un auténtico problema», como experimentó personalmente, cuando en la época del Bipartito tenían concedida una subvención de 300.000 euros, en base a la cual él iba a depositar su colección particular, compuesta por unas 150 obras, pero se retiró el presupuesto y la iniciativa quedó en nada. Pone también de manifiesto que no existe una cultura del mecenazgo privado como en el mundo sajón e que incluso grandes fundaciones como la Laxeiro, de la que es miembro, vieron sus ayudas reducidas a la mitad, con lo que los empleados se recortaron el sueldo un 50 %.

«É grave porque hai artistas que veñen e viven aquí que seguramente estarían dispostos a depositar algunha das súas obras», concluye. La pintora y técnica de cultura, Viki Rivadulla, resalta que «a Costa da Morte é terra de artistas e temos un potencial que non estamos explotando». Incide en que hay pintores de la talla de Alexandro que «moita xente de Muxía nin sequera coñece a súa obra».

El propio Alexandro, ourensano afincado en Muxía, dice que el bajo del Salón do Voluntariado tiene condiciones más que suficientes para algo así y, sin embargo, «está convertido nun almacén dos trastos que lle sobra ao Concello». Él incluso ve potencial para una exposición permanente y para una bienal, que permitiese contar con fondos de calidad. «Se tés un prestixio venche calquera», dice el pintor, que critica el poco interés de los políticos por la cultura.

El alcalde muxián, Félix Porto, que estos días consensuará con la familia de Tachibana los homenajes que se le puedan rendir, incide en que tan importante como hacer una sala de este tipo es contar con los recursos para mantenerla abierta, de lo contrario sería absurda.

Dentro de este papel municipal en la promoción del arte, el regidor de Carballo, Evencio Ferrero, señala que ellos hacen acopio de obras locales, en función de las posibilidades y con criterios técnicos, para crear un fondo. Además, ahora mismo, y con gran asiduidad, el Pazo da Cultura acoge una muestra de creadores locales, aglutinados en el colectivo Crea Formas. El Concello tiene asimismo en espacios públicos, además, alguna creación donada por el grabador Manuel Facal.