Manuel Liñeiro, párroco muxián: «Será unha Barca triste, partimos de nada»

carballo / La voz

MUXÍA

XESÚS BÚA

Los oficios religiosos, salvo el domingo por la mañana, se celebrarán en el polideportivo

30 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El párroco de Muxía, Manuel Liñeiro (Moraime, 1929), confía en la buena asistencia de los fieles a los oficios religiosos que ya empezarán el día 4 con motivo del novenario de la romería da Virxe da Barca. Durante la semana, desde ese día hasta el 12, las misas de la mañana, informa, serán a las nueve, y las de la tarde, a las siete. Todas se celebrarán en el polideportivo. «Menos mal que o temos, e por iso doulle as grazas ao alcalde, Félix Porto, que sempre estivo aí dende o primeiro momento do incendio», indicaba ayer el sacerdote. No obstante, reconoce que las que vienen serán unas fiestas que no recuerda en los treinta años que lleva de oficio en Muxía (desde 1984). Las define como «tristes» y también como pobres: «Partimos de nada».

No hay santuario (no se puede acceder a su interior); no hay imagen, ni anda, ni tampoco estandarte. Se perdieron también los libros de misa, al igual que la ropa de oficio. «Fomos comprando na medida do que puidemos», decía ayer. Pese a su pesar por lo sucedido el 25 de diciembre, cuando el incendio arrasó el santuario, y pese a la pena que siente por estas circunstancias, escribió en una carta: «Pero comenzamos con la misma alegría de honrar a nuestra madre del cielo, que, como siempre, demostrará su cariño de madre y su poder de intercesión a los que con devoción participamos en la novena».

En ese mismo escrito explicó que los actos religiosos restantes se irán anunciando según las circunstancias. Así, aunque en un principio se dijo que solo la misa solemne del domingo (12.00 horas), sería en el lateral del santuario, al aire libre, explica que tratará de gestionar que sea posible que todas las de esa mañana, desde las nueve, puedan celebrarse ahí. «Para a semana, haberá unha reunión cos do palco», decía ayer, en la que abordarán todos los detalles del montaje. «A ver que é posible facer, porque contra a parede están os andamios...», apunta. A mayores, se muestra preocupado por el tiempo. Es septiembre, nada seguro.

Recuerda Liñeiro que habrá procesión el domingo, tras la misa solemne, hasta el puerto. Al día siguiente, lunes, según figura en el programa de actos, la habrá a las 12.00, desde la parroquia hasta el polideportivo, donde se celebrará la misa solemne a la una. El párroco agradece una vez más al regidor, y también tiene un recuerdo para el amplio dispositivo de seguridad que velará y ayudará al aparcamiento y a los accesos.