Muxía se expone a una Romaría da Barca con la iglesia en obras

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. LADO CEE / LA VOZ

MUXÍA

La Pedra de Abalar -de la que se ve el fragmentos desprendido- está a la espera de una solución.
La Pedra de Abalar -de la que se ve el fragmentos desprendido- está a la espera de una solución. x. búa< / span>

El alcalde se muestra «preocupado» por los plazos del Arzobispado

15 abr 2014 . Actualizado a las 10:18 h.

El anuncio del Arzobispado de la apertura del concurso para la restauración del santuario de la Virxe da Barca de Muxía no ha sentado nada bien en el Concello. El alcalde, Félix Porto, confiaba en que la Archidiócesis compostelana se sumase a la premura con la que actuaron el resto de entidades implicadas para resolver un asunto que considera de capital importancia para el pueblo. Sin embargo, los plazos manejados le hacen sentirse «enfadado e preocupado», dado que entre la adjudicación y los plazos de ejecución cabe la posibilidad de que los trabajos lleguen muy justos o no estén finalizados para la romería del mes de septiembre.

Porto tenía pensado llevar la semana pasada con urgencia a junta de gobierno la concesión de la licencia de obra pero finalmente no lo ha hecho y se ha decantado por el procedimiento ordinario, puesto que el casi mes y medio que se prevé en el proceso del Arzobispado es tiempo más que suficiente para que el permiso se pueda otorgar sin recurrir a procedimientos extraordinarios.

El alcalde señaló que la Iglesia no tiene las mismas limitaciones a la hora de contratar que las Administraciones públicas, con lo que podría haber solicitado una serie de presupuestos y resolver en un plazo más corto del que finalmente lo hará.

La empresa designada también tendrá mucho que decir en este punto dado que, para el regidor, de ser una compañía de la zona podría mostrar «un nivel de compromiso moi alto», dado que todos los constructores de la comarca entienden lo que significa la Barca y la importancia que tiene para Muxía poder repararla lo antes posible.

Sin embargo, el contrato de 757.197 euros para el que el Arzobispado ha habilitado el concurso se encuentra abierto a cualquier compañía del sector que desee optar a él. Están por tanto expuesto a «baixas temerarias, paralizacións, modificacións de proxecto» y todo tipo de vicisitudes que podrían retrasar el objetivo final, apunta Porto, de ahí sus temores respecto del procedimiento elegido.

Tampoco son todas malas perspectivas, porque el regidor también destaca que el plazo de ejecución de seis meses previsto es susceptible de reducciones. De hecho, afirma que, por ejemplo, en las obras municipales siempre proyectan con un margen suficientemente amplio para evitar cualquier complicación, aunque habitualmente los trabajos se completan en menos tiempo del máximo previsto.

Además, este es un punto en el que suele competir las constructoras para hacerse con los contratos. La reducción de tiempos ofertada resulta en ocasiones un aspecto tan importante como el precio -siempre que se cumplan todas las exigencias técnicas- a la hora de realizar las adjudicaciones. De ahí que Porto todavía albergue esperanzas de que la obra se pueda llevar a cabo antes de la multitudinaria romería.