Desde la salud hasta el «sentidiño común»: las peticiones a Santo Hadrián de Malpica
MALPICA DE BERGANTIÑOS










































































Salió bajó orvallo la procesión, imagen que no por tradicional deja de sorprender: ¡eche un vistazo a este álbum!
17 jun 2024 . Actualizado a las 00:15 h.Hay tradiciones cuya mayor divulgación es el boca a boca, el legado generación a generación como si de una herencia familiar se tratase. Es el caso de la romería de Santo Hadrián de Malpica, declarada de Interese Turístico de Galicia y compuesta de las miles y miles de historias de quien hasta la capilla enfilan su pasos. «Vimos a que nos axuden os santiños, que son moi avogosos, a pedir sorte para todos», contaba una de esas romeras en la madrugadora procesión hacia el santuario. A Santo Hadrián recurrió su madre por un problema de salud aun siendo niña, y desde entonces sigue el legado. La salud lo impregna todo: «Levo unha vela porque estou mal dun brazo, e outra por un neto enfermo do ril, vimos todos os anos e viremos mentres poidamos», explicaba otra de las devotas este domingo 16 de junio.

Tras la misa de siete y media en la iglesia parroquial, abriendo el día, la procesión cruzó la playa y encaró el promontorio con una ya icónica lengua multicolor de caminantes y fieles llegados de muchos puntos de municipio y la comarca. Como una sinuosa serpiente sobre la ladera. Si hubo de partirse con paraguas abiertos, llegando arriba estaban ya cerrados, algo que celebraba el edil Miguel Ángel Fernández Mirás, satisfecho a esa hora de que todo fuese según lo previsto, sin incidentes, «sobre rodas».

La de santo Hadrián es una fecha marcada en el calendario, tanto así que quien está fuera vuelve, y para muestra el caso de una devota llegada de Ginebra: «Veño pola promesa de pasar aquí este día, é importante para min, estar coa familia». En la misma línea, Carlos, con los pies entre Vigo (Malpica), Santiago y Madrid, se mostraba especialmente «ledo» de acudir un año más, aunque fuese «pasado por auga». Pero el «paraxe natural precioso» lo compensa. Él aprovechó el día para desear lo mejor no solo a los suyos, sino a toda la comunidad gallega e incluso más allá: «Vivimos períodos complexos a nivel político, e de conflitos bélicos. Imos logo pedir por todos eles, e polo sentidiño común».

Los años pasan para todos, y cada uno va adaptando sus tradiciones a lo que puede. Fabiola y Oliva, dos hermanas de Malpica, la primera de 58 años, siguen yendo a Santo Hadrián como una tradición familiar que le pasaron sus padres. Y es especial, todo «recuerdo»: «Fue muriendo gente, quedamos las dos, y continuamos». Lo hará hasta que pueda Fernando Bardanca, ofrecido desde los 22 años: «Levar o velón máis grande que puidera». Empezó con 15 kilos, bajó a 12, a 10 y ahora anda en 8, «e xa me chega». No faltó ningún año, ni siquiera en tiempos de covid.