Un mes en la uci, casi dos en el hospital y siete operaciones por una bacteria

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

BASILIO BELLO

Hostelero reconocido y con más de medio siglo de profesión, Antonio Bar, de Casa Antonio, en Malpica, se jubila antes de lo previsto. Ya hay nueva gerencia: una pareja de la localidad y de Zas que seguirá apostando por el mejor producto del mar

12 may 2023 . Actualizado a las 23:19 h.

Casa Antonio, lugar de referencia en Malpica para la degustación de pescados y mariscos, sobre todo, inició el pasado jueves una nueva etapa. Cambió de manos tras 35 años bajo la gerencia de Antonio Bar Arias y su mujer, Beba Nogueira Basalo. El matrimonio malpicán se jubila. Los dos son del 1957 y llevan casados 44 años Era algo que tenían previsto hacer a finales de este 2023, pero se adelantó debido a un problema de salud que sufrió el malpicán. «Entroume unha bacteria pola ferida dun dedo e trasladóuseme para o brazo. Operáronme sete veces», explica el malpicán, que aún se recupera en el Chuac de A Coruña, donde está a punto de cumplir los dos meses desde que ingresó. Ahora está fuera de peligro, pero permaneció 30 días en la uci, de los que 20 los pasó sedado. «Era unha bacteria moi agresiva que lle comía a pel», comenta la hija, Yolanda. Los médicos fueron capaces de controlar que el microorganismo no se extendiera a otras zonas del cuerpo y, por suerte, si todo va según lo previsto, todo este calvario terminará sin graves consecuencias para Antonio.

Empezó a trabajar a los 15 años en la hostelería, sector que ya nunca más abandonaría. De hecho, se formó en Santiago y luego pasó por locales de la propia capital, Pontedeume o Ponteceso. Compaginaba los estudios con el oficio. Era tal la pasión que tenía por la profesión que logró pegársela a su esposa. Así, iniciaron el proyecto que, inicialmente, se llamó Isidoro. Desde aquel entonces, Beba siempre estuvo al frente de la cocina y él, en la barra y en el comedor.

El CNI y una pistola

En todo este tiempo lograron conquistar el paladar de numerosos comensales no solo del municipio. Al contrario, fueron muchos los veraneantes que fijaron ese negocio en sus vidas año tras año. Lo mismo con las autoridades. A Bar Arias no se le escapa una anécdota en este sentido de hace años: «Unha vez, o presidente do CNI de España veu cos escoltas. Pediume unha mesa segura e púxenos ao lado dun matrimonio que eu coñecía. No medio do servizo veume dicir se estarían seguros porque o home tiña unha pistola e díxenlle que si». Se le escapan las risas mientras lo cuenta. Carlos Negreira o Valentín González Formoso son otros de los nombres que le vienen a la cabeza. «E repetían», dice con orgullo.

Los productos de calidad y proximidad siempre fueron la enseña de este restaurante. En los fogones primó el toque tradicional y las recetas caseras. No se queda atrás el atractivo precio de los platos. «Sempre preferín vender máis por menos cartos», expresa.

Lo que más va a echar de menos Antonio es «estar falando coa xente, entretido, porque cos clientes sempre o pasas ben». Es hora de disfrutar, tras una larga vida de trabajo y, sobre todo, después del gran susto que vivió Bar Arias, quien además, sufre artrosis en las manos desde hace tiempo. El malpicán Carlos Pardo Tasende, de 38 años, y su pareja, la zasense Sonia Antoni Rey, de 40, tomaron la pasada semana el relevo. Él era jefe de cocina en La Sartén de Coruña, y ella, camarera de sala. Seguirán en la misma línea, con algunos cambios, manifiesta el chef, que vuelve a casa junto a su familia para ampliar la oferta hostelera de Malpica. Hace casi veinte años que cursó Hostelería, mismo tiempo que lleva trabajando en el sector.

Ana García