Joaquín Cadilla: De recorrer el mundo en un palangrero a dormir a la intemperie por un sueño

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Ana García

El marinero guardés vigila la nave a bordo en Malpica mientras se soluciona una avería para poder seguir hacia San Sebastián y difundir la cultura marinera

14 may 2022 . Actualizado a las 00:43 h.

Joaquín Cadilla Castro (A Guarda, 54 años) está a punto de retirarse como patrón de un palangrero. Lleva desde los 20 años explorando los mares de todo el mundo. En la procura del pez espada, conoció los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, cruzó el Canal de Suez... Pero la embarcación que de verdad ocupa su corazón es el Piueiro, un tradicional volanteiro guardés, que desapareció en la primera década del siglo XX y que varios lobos de mar, entre ellos él, han querido recuperar para poner en valor la cultura marinera.

Desde el 2019 y tras un largo periplo, la réplica es una realidad gracias al empuje de la asociación homónima que él preside y, por supuesto, a la contribución de un largo listado de particulares, empresas, entidades e instituciones.

Estos marineros han realizado varios viajes en ella. Sin embargo, esta semana, una tripulación formada por nueve jubilados y dos pescadores en activo, afrontaba el más importante y exigente de todos ellos: 420 millas hasta el puerto vasco de San Sebastián para asistir en este peculiar barco de madera, vela, remo y un pequeño motor, por vez primera, al Festival Marítimo de Pasajes, un destacado encuentro de naves tradicionales que busca difundir este legado.

Pero solo superaron la primera de ocho etapas, hasta Fisterra, pues el martes, toda vez que superaron las calamidades del mar fisterrán y que al fin se encontraban disfrutando en las cercanías de las Illas Sisargas, el viaje se truncó por un fallo en la máquina. El Piueiro fue remolcado por Cruz Roja al puerto de Malpica, donde Joaquín sigue, a día de hoy, a la espera de que unos mecánicos de Vigo hagan un milagro a contrarreloj para poder retomar la travesía al País Vasco, donde tienen que llegar el 26 de este mes.

«Alguén tiña que quedarse aquí co barco, e hai xente maior, entre elas meu pai, que está a piques de cumprir os 80 anos», cuenta Cadilla, quien duerme a raso y a la intemperie para ajustar el presupuesto. «Non pasa nada. Somos xente de mar e estamos afeitos a todo», dice con orgullo. «É marabilloso navegar neste volanteiro e poder comprobar de preto o durísimo que tiña que ser naquela época, ademais de facelo con estes homes, que lembran cadansúa historia en cada pedra», añadió.

La previsión era estar un mes en el mar, entre el trayecto de ida y vuelta, y con tiempo de sobra para los imprevistos, como finalmente sucedió. Ahora han lanzado una campaña de donaciones por Bizum (código 05536) para poder sufragar los gastos de la reparación. La respuesta está siendo muy buena, asegura Joaquín. Incluso el Concello de A Guarda y los mecánicos se han sumado ofreciendo distintas ayudas. El incidente hasta ha tenido su parte positiva: son muchos los que se acercan al dique malpicán a conocer la embarcación, que es el principal objetivo de la agrupación. En este sentido, realizan un importante trabajo con los centros educativos. En su gigante vela lucen a Rosalía de Castro, como homenaje a las mujeres del mar: las primeras, sus madres.