Las otras joyas artísticas de Punta Nariga, en Malpica

Juan R. Vidal Romaní

MALPICA DE BERGANTIÑOS

JUan Ramón Vidal Romaní

APUNTES GEOLÓGICOS, por Juan Ramón Vidal Romaní | Van mucho más allá del faro y del desaparecido Atlante, de Manuel Coia. Así se explica la disolución de la roca en Punta Nariga durante las épocas glaciales

20 mar 2022 . Actualizado a las 19:09 h.

El robo de la pieza en bronce de El Atlante, obra del escultor Manuel Coia, ha puesto en evidencia la sensibilidad de los visitantes de Punta Nariga que la han echado de menos rápidamente. Pero estaríamos confundidos si pensamos que las joyas artísticas de Punta Nariga eran solamente estas dos: el faro y la pieza de bronce. Todos los visitantes en su camino hacia el faro habrán podido observar que las rocas graníticas que emergen a ambos lados del camino muestran un aspecto muy característico. Se ven grandes concavidades (se llaman pías), donde se acumula la lluvia y canales excavados sobre la roca. Todos sabemos que el granito no es soluble en agua, pero las grandes pozas (pías) excavadas en roca como los canales parecen haber sido hechos por el agua. Y ahora están cubiertos por líquenes ramosos, lo que indica que debieron haberse formado en otra época porque si no el agua no hubiera permitido a los líquenes crecer allí. También puede ser que el agua era más agresiva antes, cuando excavó los canales, que ahora.

JUan Ramón Vidal Romaní

Este aparente misterio es fácil de resolver si se conocemos la clave del mismo. Durante el intervalo de tiempo llamado en geología el Pleistoceno, y que duró 2,6 millones de años, el mar no estuvo siempre donde ahora lo vemos sino muy alejado, hasta 40 kilómetros de la costa. De todo el Pleistoceno el mar se alejó de la costa 2,3 millones de años, mientras que cerca de la costa, como ocurre hoy, estuvo tan solo 300.000 años, aunque en períodos breves de menos de 15.000 años cada uno. Cuando el mar estaba alejado de la costa todo lo que ahora vemos en ella estaba recubierto por dunas (como aun ocurre en Ponteceso en el Monte Blanco o en Praia de Trece en Cabo Veo). Pero estas dunas tienen la particularidad de ser, no solo granos de cuarzo, sino bioclastos (fragmentos de conchas o caparazones de organismos formados de calcio). El agua de la lluvia es normalmente de pH ácido, pero al atravesar las dunas se hace temporalmente más básica, y estas aguas de pH más básico son capaces de disolver incluso al granito. Fue así como durante esos 2,3 millones de años infiltrándose el agua de la lluvia a través de las dunas y corriendo por encima de la roca que estaba debajo de ellas como se pudo disolver el granito. Cuando el mar subió hasta donde está ahora ya no hubo más aportes de arena por el viento y las dunas se fueron erosionando hasta desaparecer. Fue entonces cuando los líquenes pudieron crecer sobre la roca.

Nariga, sin el Atlante
Nariga, sin el Atlante Ana García

Así ocurre que ese paisaje de rocas que vemos ahora sobre el que se ha formado esa red de canales y de pías donde se acumulaba el agua de la lluvia estuvieron formándose durante más de dos millones de años. Hay un ejemplo extraordinario, por sus dimensiones, formado por una gran pía de un metro y medio de profundidad y casi dos metros de diámetro y que estaba rodeada en todo su perímetro por un conjunto de canales formados por el desagüe de la pía al llenarse de agua. El conjunto de valor excepcional fue gravemente afectado por las obras de construcción del faro que buscaron piedra en la zona en una cantera abierta al borde de la carretera del faro donde se pueden ver ahora los restos. En este caso el hecho paso desapercibido porque, normalmente, la gente ignora la historia geológica de su país.

Vidal Romaní es académico numerario de la Real Academia Galega de Ciencias.