Un matrimonio de Malpica da alegría estética al puerto y lo llena de flores

nicolás pose / s. g. CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

.

Había malas hierbas y basura en varios puntos: el cambio ha sido radical

07 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Pose García y María Teresa Porto Varela (Teresa do Café Cachón) son un matrimonio de Malpica que cada día cuida de un particular jardín en la zona portuaria de la localidad. Hace cerca de dos años iniciaron esta tarea a la horticultura con el objetivo de embellecer una zona de en la que había malas hierbas, en el paseo superior del entorno marinero. Los resultados están a la vista, con una evidente mejora de ese espacio público, algo que ayuda a una sensibilización estética y medioambiental. Es llamativo que los espacios verdes no abunden precisamente en el casco urbano.

Desde su casa, cerca de la entrada derecha a la dársena, veían como, en la zona construida bajo la calle Camiño do Río y suspendida sobre la zona de aparcamientos, que llega hasta las naves de las rederas, medraban esas malas hierbas y se acumulaba basura. La línea de tierra que discurre a lo largo de la estructura, encajonada en un pequeño parterre de hormigón, daba un aspecto descuidado.

El matrimonio, en especial María Teresa, ya es aficionado al cuidado de plantas y flores en su casa y, tras mucho pensarlo, llevaron esa labor a la zona pública. Poco a poco, quitaron los matojos y limpiaron ese punto, donde ahora florecen geranios de todos los colores, hortensias y margaritas.

Dos años cultivando, cortando y replantando han dado sus frutos y Manuel afirma: «Cun pouco máis de consciencia, quedaría todo más bonito». Y es que la mayor amenaza para este jardín marítimo son las mascotas sueltas y el comportamiento incívico de algunos vecinos, que dejan a los animales hacer sus necesidades en las plantas o arrancan flores sin ningún tipo de cuidado. 

La única experiencia extensiva que el matrimonio tenía en la jardinería era una finca que vendieron hace algún tiempo. «Tivemos unha finca na que plantamos moitas árbores e flores, pero vendémola porque xa non a podíamos coidar. Agora quédalle ao comprador unha boa variedade de árbores froiteiras e outras flores», comenta Manuel. El siguiente paso en esta iniciativa, según explica el matrimonio, sería pedir al Concello la colocación de unos carteles de advertencia para evitar que se sigan dando estos comportamientos incívicos, sobre todo los destrozos relacionados con animales de compañía, pero aún no lo han notificado, al que tampoco solicitaron permiso o ayuda para confeccionar el jardín: fue algo totalmente voluntario. 

En manos de Portos

Manuel y Teresa emprendieron el proyecto de esa manera, por lo que admiten que «se Portos quixera cortar todo non poderíamos facer nada, todo é a súa vontade porque o fixemos sen permiso», por lo que las flores que adornan el paseo portuario dependen de su tenacidad por regar a los pimpollos y cuidarlos cada día. Dicen que el coordinador conoce la existencia del jardín, pero, por el momento, les ha permitido continuar, pues no les ha dicho nada.

Los más de cien metros de extensión del paseo están casi en su totalidad cultivados y germinados. Las flores aportan una nota de color a la dársena malpicana en una zona recuperada por la voluntad y tenacidad de esta familia.