Gescor, sancionada con 17.000 euros, continúa en cinco colegios de la zona

M. López CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Laura Rodríguez

En varios centros denunciaron irregularidades y el asunto llegó ayer al Parlamento

14 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Coincidiendo con el arranque del curso escolar y con el primer día de comedor en muchos colegios, llegó a la Comisión de Educación del Parlamento de Galicia una pregunta en relación a las irregularidades en el servicio de cátering prestado por la empresa Gescor en varios centros de la comarca: el de Gándara-Sofán, el Bergantiños, el Joaquín Rodríguez Otero de Buño, el Celso Emilio Ferreiro de A Silva o el Milladoiro de Malpica.

A mediados de verano salían a la luz abultadas deudas que la empresa había contraído tanto con empleadas de comedor, como con proveedores y profesionales de prestación de servicios. Además, se denunciaron ciertas carencias alimentarias, reiteración de ingredientes y cobros irregulares de las cuotas a los padres de los pequeños.

Acerca todo esto preguntó ayer la comisión de educación del BNG, respondiendo el Secretario Xeral Técnico de Educación que se ha sometido a Gescor a dos auditorías entre los años 2017 y 2018 y que se le ha impuesto una multa de 17.000 euros por incidencias que desde la Xunta de Galicia, y en base a los pliegos que regulan la actividad de este tipo de empresas, no son catalogadas como graves. Así, la empresa de cátering mantiene en el presente curso escolar las 26 concesiones que tiene por todo el territorio gallego, entre los que se encuentran los cinco centros que gestionan en la comarca.

«Non é calquera cousa, trátase do servizo de comedor de menores de idade», decía ayer la parlamentaria del BNG Olalla Rodil, que añadía: «Puxémonos a disposición da ANPA Raiante [CEIP de Gándara-Sofán] e, de seguir as irregularidades, volveremos preguntar ao respecto ou mesmo presentaremos unha iniciativa».

Precisamente desde la ANPA carballesa no están muy contentos con que la empresa haya renovado un año más. Es cierto que las deudas contraídas con las cuidadoras fueron saldadas (con varias semanas de retraso), pero ciertos proveedores y prestadores de asistencia técnica siguen sin ver su dinero.

«Neste curso terán que traer un lavalouza e unha neveira, porque as que había foran postas pola ANPA e non estamos dispostos a facilitarlle as cousas a unha empresa que non cumpre o contrato. Xa tivemos que pagar dende a ANPA algunha factura por reparación. Ten que haber penalizacións», explican desde la presidencia de la asociación de madres y padres, a quienes les consta que el director del centro carballés ha emitido informes recogiendo las irregularidades sufridas durante el curso.

En el colegio de Buño, el CEIP Joaquín Rodríguez Otero, seguía ayer sin ver un euro una chica que el curso pasado hizo un trabajo de sustitución por una baja temporal. Le debían algo más de una semana de sueldo, según informa otra de las monitoras. Además, señala que en la última nómina cobraron aproximadamente un tercio menos de lo acordado, algo que desde Gescor achacan al «descuento por las vacaciones correspondientes al mes de diciembre». «Dez anos levo traballando en comedores, con diferentes empresas, e nunca se procedeu desta maneira», señala Olga Reino.

Lavando a mano

Siguen, tal y como sucedió durante el curso pasado, sin lavavajillas (la Xunta impone que cada comedor debe tener, al menos uno): «En Buño ímonos amañando, porque temos só 44 nenos. Pero imaxínate no Bergantiños, con case 170 rapaces e lavando todo a man. Alí, ao parecer, puxeron a outra chica só para lavar», explica la monitora, y añade que, con esta empresa, solo se funciona bien «a base de ameazalos con deixar de prestar o servizo».

Lo que no tuvieron que hacer este año fue proporcionar entre las monitoras todo el material necesario en el servicio: fuentes, cuchillos, detergente... El curso pasado, cuenta Olga, tuvieron incluso que comprar servilletas y mantel, y traer de sus casas utensilios para hacer frente a las primeras semanas de curso. «Desta vez fomos precavidas e deixamos un pedido feito antes de acabar o curso pasado», dicen.

Lo único que se salva, al menos por el momento, es la calidad de la comida -elaborada en las cocinas de A Silva- aunque ayer, en A Gándara-Sofán, todavía no tenían constancia de los menús para niños con dietas especiales por intolerancias o celiaquía.