El fuego purificador no fue suficiente en algunas cachelas

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Basilio Bello

El fin de semana hubo más urbanidad y control, pero todavía es necesario avanzar en la educación

26 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El San Xoán en la Costa da Morte nada tiene que ver con las imágenes de toneladas de basura que año tras año se ven en Riazor. Las playas de Osmo y Malpica se veían ayer limpias, quizá porque la marea hizo su trabajo, con lo que los desperdicios terminarán por volver, o tal vez fueron los propios vecinos los que recogieron con esmero como ocurrió en otros puntos.

En general hubo este año urbanidad y control en Carballo, donde las hogueras de jóvenes se concentran en dos puntos, el San Cristovo y el Rego da Balsa. Ya en los límites de la parroquia de Sísamo, en la zona acordonada por los bomberos todo quedó recogido, no así en las inmediaciones. Ayer todavía había bolsas con botellas y algún mueble.

Incluso en los lugares donde limpiaron concienzudamente quedaron restos de cenizas, nada preocupante si la hoguera estaba hecha con madera, pero más peliagudo en el caso de utilizar material del prohibido, como plástico, goma, espuma y otros.

En la Carballeira de Baio el San Xoán coincidió con la fiesta y tras la diversión hubo una de cal y otra de arena. En alguna zona se notaba la limpieza realizada y en otra brillaba por su ausencia.

En la parroquia vimiancesa de Salto, los vecinos se reunieron y, a tenor de los restos dejados, pasaron bastante tiempo limpiando la zona.