El mercado inmobiliario se anima en la costa con la llegada del estío

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

ANA GARCIA

En Malpica y Laxe ya se han producido transacciones y han aumentado las visitas

16 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Por 35.000 euros era posible hasta hace muy poco comprar un apartamento a estrenar en Malpica. Ahora es un poco más complicado encontrar estas gangas porque el mercado se está animando. Fernando Couto, de Asfeco, asegura que está saliendo mucha oferta que tenían los bancos y que en apenas unos días ya se han vendido dos apartamentos en Malpica.

La temporada todavía no ha comenzado y en el ambiente inmobiliario de la zona hay bastante optimismo. Fernando Couto asegura que lo que tiene más salida son, por un lado, los pisos más baratos y, por otro, los más caros, sobre todo los que tienen vistas al mar. En el caso de Malpica se trata de viviendas que andan entre los 150.000 y los 160.000 euros.

También en Laxe han notado que las cosas están cambiando, aunque saben que julio y agosto serán los meses fuertes. «Vén máis xente a pedir información. Son persoas que non coñecen e queren saber, información. Aproveitan uns días libres para preguntar e interesarse», dicen desde la inmobiliaria Barizo de Laxe. En este caso todo lo que hay es de segunda mano, puesto que la mayor parte de las nuevas promociones fueron paralizadas. A pesar de eso, es fácil encontrar pisos por 150.000 euros, pero también otros de unos 45.000, que es el mínimo en la localidad.

Más al sur, el mercado está más parado, asegura Juan Vieites. Uno de los motivos podría ser que el precio es bastante alto, más que en otras zonas de la comarca. Sin embargo, son también los pisos de los bancos los que marcan el precio, sobre todo por lo que se refiere a obra nueva. En este caso, los precios parten de los 50.000 euros y los que se consideran nuevos, y que datan de entre el 2006 y el 2008, rondan los 80.000 euros como mínimo.

Buena parte de los compradores son de la zona, parejas jóvenes que buscan su primera vivienda y que son muy exigentes en cuanto a los servicios. El ascensor y el emplazamiento céntrico son dos de los requerimientos más habituales.

En el caso de la comarca de Fisterra, las principales ventas datan del inicio de la primavera, de los meses de marzo y abril, y ahora en verano habrá, como en otros lugares, visitas de veraneantes, muchos de los cuales ya tienen sus alquileres estivales apalabrados. Las inmobiliarias de la zona todavía esperan que haya algunas peticiones, pero es ya poco probable a estas alturas del año. «Llegan tarde», dicen desde una inmobiliaria de Cee.

En Laxe se quejan especialmente del intrusismo. La cantidad de particulares que alquilan pisos sin darlos de alta es muy grande. Curiosamente, en muchos casos se trata de veraneantes madrileños o de otros puntos de Galicia que compraron un piso y lo disfrutan 15 días y el resto de la temporada lo arriendan a familiares, amigos o conocidos. También son estos los que se inclinan por la reventa, que ahora está muy en boga por los bajos precios de años atrás.

Ya se revenden pisos de la promoción de Neaño que batió récords de precios

El verano pasado Servihabitat puso a la venta, tras una reforma, unos 40 pisos de una promoción en Neaño que llevaba años casi abandonada y que había pasado al Sareb, el llamado banco malo, en el que aún se amontonan edificios sin vender por el pinchazo de la burbuja. Los extraordinarios precios de los apartamentos, en torno a los 35.000 euros con plaza de garaje, hizo que fueran muchos los que se decidieran a comprar. Familias de Madrid o A Coruña encontraron un lugar para pasar las vacaciones o para invertir.

La inmobiliaria logró vender casi todos los pisos, por lo que ya no se anuncia la promoción, pero ahora están empezando a salir de nuevo. Se trata de reventas. «Compraron ao banco e agora ofrecen o apartamento con algo de incremento, para pagar os gastos e ganar algo de cartos», explica desde la empresa Barizo de Laxe, que lleva alguno de estos inmuebles. La previsión es que en julio y agosto se multipliquen las visitas, aunque la transacción se haga después.