«En Aduna comenzó la avalancha de ETA y lo hizo con un chico de Malpica»

MALPICA DE BERGANTIÑOS

El historiador Gaizka Fernández desmonta los errores y mitos sobre el asesinato de Pardines Arcay
13 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Gaizka Fernández (Baracaldo, 1981) se pasó dos años investigando el asesinato y la biografía de José Antonio Pardines, el guardia civil malpicán asesinado por ETA en junio de 1968, solo unos días después de cumplir 25 años. Es coordinador del libro Pardines, cando ETA empezou a matar.
-¿Cuándo empezó a interesarse por José Antonio Pardines?
-En el 2012, a raíz del libro con Raúl López Romo, ya hablábamos de la primera víctima de ETA. Aparecía en casi todos los trabajos, pero nos dimos cuenta de que no habíamos narrado bien su asesinato, que había errores.
-¿Cuáles?
-Algunos incluso se han ido repitiendo incluso en este 50 aniversario como que le dispararon en la cabeza y por la espalda, cuando fue en el torno. La izquierda abertzale contó que había sido una especie de duelo, cuando Pardines no llegó a desenfundar su arma. Años después Sarasketa dijo que él no había disparado, que solo hubo un tirador, pero fueron dos. Así, de un hecho que dura unos segundos se han acumulado muchos errores y mitos.
-¿Por qué?
-Porque la propaganda de ETA comienza a funcionar y convence. La prensa estaba amordazada por el franquismo y la gente no la creía. Además, hemos tardado mucho, nos ha costado mucho fijar la atención en las víctimas. En las informaciones se hablaba de los asesinos y Pardines era algo secundario. Por eso nace el Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo. Pardines sí es importante, es un ser humano y hay que recordar y contar bien hasta el último detalle.
-¿Ha llegado a conocer a aquel guardia civil de Malpica?
-Hemos estado dos años centrados en papeles que narran cada paso de su vida. Hemos querido ser muy minuciosos, muy rigurosos, acceder a todos los archivos y todas las fuentes.
-¿Incluso la familia?
-No directamente porque han preferido no hablar en público y lo respeto, pero nos centramos en las entrevistas que concedieron su hermano y su padre. Hemos utilizado para reconstruir su vida el expediente de la Guardia Civil, en el que aparece cuando estaba constipado.
-¿Y de forma personal?
-Era un chico de 25 años al que no dieron tiempo de tener una vida familiar, ascender o hacer grandes cosas. Es fácil empatiza con él. Era un chico ilusionado, que se echa novia y está empezando la vida. Es fácil comprenderle porque Pardines puede ser el vecino del al lado.
-¿Cómo vivió su paso por Malpica?
-Al día siguiente de la presentación del libro fuimos a Aduna, al mismo lugar y a la misma hora en que fue asesinado. Tuve la sensación de que había un hilo entre las dos localidades, desde donde nace hasta dónde muere. Fue muy simbólico porque en ese lugar comenzó la avalancha de ETA y lo hizo con un chico de Malpica. Fue muy emotivo pasar tanto tiempo estudiando acerca de Pardines y estar rodeado de su familia y gente que le conoció. Ahí estaba la parte humana de una historia que reconstruimos en base a papeles.
-Según cuentan del asesinato de Pardines, el no temió nada.
-No había ninguna sensación de peligro. ETA había puesto bombas, que eran más bien sabotajes, pero no había asesinado a nadie. No había preocupación alguna. En medios policiales había más información sobre sacerdotes, sindicalistas o comunistas que sobre ETA. Un guardia civil de tráfico no tenía motivos de preocupación. Entonces el nivel de violencia era muy pequeños. De hecho, cuando mataron al comisario Melitón Manzanas en agosto de 1968 y los investigadores buscaron información se dieron cuenta de que no se sabía nada de ETA.
-¿Por qué se tradujo el libro al gallego?
-Lo ofrecimos a la Xunta, que hizo la traducción, porque como Pardines Arcay hubo muchas víctimas gallegas. Cuando yo era pequeño en mi barrio de Bilbao se oía hablar más gallego que euskera.