«Foi moito tempo con moito sufrimento»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Sandra Alonso

El exalcalde malpicán y sus antiguos compañeros, muy satisfechos con el fallo absolutorio

25 may 2018 . Actualizado a las 08:09 h.

«No ha quedado probado que ninguno de los acusados haya actuado a sabiendas de que cometían una injusticia, una arbitrariedad, al margen absoluto de la legalidad»: así lo sentencia el titular del Juzgado de lo Penal número de 1 de A Coruña por las acusaciones de un delito contra la ordenación del territorio contra el exalcalde malpicán, José Ramón Varela Rey; el exedil Fernando Couto, y el aparejador Cesáreo Arroyo. Se enfrentaban a un año de cárcel, ocho de inhabilitación y 493.0000 euros entre todos de responsabilidad civil para demoler el ya célebre edificio de la Atalaia de Malpica, donde reside todo el problema desde hace nueve años. Primero, en una modificación urbanística para poder obrar, y después, en la propia licencia. Un inmueble que ni siquiera llegó a terminarse, está abandonado y hasta el juez pone de manifiesto que la APLU nunca ha actuado contra él. Y eso que, en el caso de existir alguna cuestión debatible, entraría en el ámbito administrativo, nunca en el penal.

De hecho, el magistrado realiza un pormenorizado análisis del proceso, y además -no es habitual en los fallos- de una manera clara y didáctica. Deja claro que los políticos se guiaron por los informes técnicos, y que además existía el convencimiento de que los procedimientos fueron legales. «Todos los acusados y los testigos estaban en la inteligencia de que las normas subsidiarias habían sido modificadas correctamente», dice el juez (y lo dice varias veces, de distinta manera). Pudo fallar el envío de copias del expediente a la consellería, pero sería una cuestión menor que no alcanza el tipo penal.

Con el fallo en la mano, ayer comparecieron, en dos momentos, los acusados, una situación que puede calificarse de insólita para lo que es habitual en sentencias absolutorias incluso con acusaciones mucho más graves. Por la mañana, el actual regidor, Eduardo Parga, acompañado del exedil Antonio Pereira (contra ellos ya había sido retirada la acusación, así que no fueron a juicio) y de Fernando Couto, lo hicieron en Santiago, en el despacho de sus abogados. Todos ellos formaban parte del ejecutivo local con Varela, y aprobaron la licencia por unanimidad e informes favorables.

Parga dijo que se demuestra que obraron correctamente, y que es un tema que ni siquiera habría debido pasar de la instrucción. Por eso cree que se deberían medir mucho estos procedimientos legales, que hacen mucho, y mucho tiempo. Pereira coincidió, y añadió que suele pagarlo la familia, aunque confiaban en él. Como Parga, considera que debería haber sido un trámite administrativo, nada más. Couto añadió: «Non se pode imputar alegremente». Él se enteró de que lo estaba por el denunciante. Y profesionalmente, dijo, le afectó, perdiendo algún cliente.

Varela Rey compareció por la tarde en la sede del PSOE, en Carballo, arropado por sus compañeros y responsables de partido en Bergantiños, además del secretario provincial, José Manuel Lage.

Emocionado

Varela habló, por momentos, muy emocionado: «Foi un período moi longo, moito tempo con moito sufrimento». Nueve años desde que empezó todo, aunque la primera vez que acudió al juzgado fue hace siete. Siempre vio el procedimiento como «inxusto e innecesario». Recordó las numerosas noches de gran preocupación, y solo ahora ha logrado «espertar» de un sueño que fue pesadilla. Se alegra por lo que le afecta a él, pero también a sus compañeros absueltos. Recordó que se metió en política para mejorar la vida de sus vecinos, y que nunca hizo nada ilegal, atendiendo siempre a los técnicos, en un gobierno con plena transparencia. Por eso la imputación lo marcó tanto. Y se preguntó quién le va a devolver todo aquello por lo que ha pasado estos años: «Unha vida moi incómoda», una psoriasis que le nació en aquella época por el estado de nerviosismo, todo lo que sufrió la familia; no haber sido capaz de volver a entrenar con los jóvenes, como hacía antes... «Unha experiencia moi negativa que non lle desexo a ninguén», dijo. Ahora solo quiere volver a la normalidad. Lo de regresar a la política, ni se lo plantea.

Lage señaló que el partido siempre confió en él. Reivindicó la honestidad en la política, insistió en que un tema administrativo no habría tenido que llegar a la vía penal, lamentó el «daño irreparable», pero también se alegró por ver en una sentencia lo que ya sabían. El coordinador comarcal, José Antonio Viña Patiño, definió como «calvario» todo aquello por lo que pasó su compañero Varela, y se dolió por la lentitud de la justicia, debida a la falta de medios.