La playa de Beo precisa de un buen lavado de cara

La Voz CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Ana Garcia

Este tramo del arenal malpicán acumula desperfectos y basura

22 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Costa da Morte ofrece al turista unos parajes y unas vistas únicas. Sin embargo, algunos puntos del litoral precisan de una obra de mejora urgente. Es el caso del entorno de la playa malpicana de Beo, afectada por el vandalismo, los temporales y el abandono. Un paseo por el arenal y el área recreativa pone de manifiesto que necesita una intervención.

El parque infantil presenta deficiencias y carencias de todo tipo. Al columpio le falta precisamente eso, los asientos. Parece más bien una portería de fútbol sala a la que solo le falta colocarle la red y listo. De hecho, este problema quedaría subsanado, ya que muy cerca del columpio, en la pasarela de acceso, hay una red de color azul de grandes dimensiones que cumpliría perfectamente esa misión.

Por otra parte, algunos juegos presentan un estado deplorable, la madera precisa de una brocha urgente y algún producto para protegerla de las inclemencias del tiempo. Y de los vándalos. Otros juegos directamente ya no existen, solo queda el vestigio de un muelle oxidado a modo de recuerdo de la visita.

Pero no son los únicos daños o destrozos existentes. La basura se acumula en la papelera y su entorno desde hace días, algunos usuarios hablan de semanas. A la pasarela le vendría de perlas una actuación integral para, entre otras cosas, consolidar el pasamanos, al que, por cierto, habría que retirarle el hongo.

Pero este entorno privilegiado de Malpica presenta más carencias. Un contenedor sin ruedas tirado en el suelo, otro dado la vuelta, los restos de un extintor oxidado encima de una piedra, una caja de herramientas Bosch, sin herramientas, encima del césped, farolas sin luminarias objetivo de algún vándalo, paneles indicadores arrancados de su sitio y señalando desde lo alto de la hierba.

En lo que queda de arenal por culpa de los temporales están los restos de un delfín en avanzado estado de descomposición, con lo fácil que es llamar a la Cemma. Lo único que se salva de este área de Beo son las mesas y los bancos, que siguen milagrosamente intactos. Y es que la piedra pesa mucho.