«Aqueles foran días intensos»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Basilio Bello.

En agosto de 1990, medio millar de vecinos recorrieron las calles de Malpica para protestar contra cambios urbanísticos

15 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En Malpica siempre ha habido muchas manifestaciones y concentraciones, pero algunas, por la elevada participación, se recuerdan más que otras. El 4 de agosto de 1990 se celebró una que aún pervive en la memoria de muchos vecinos, porque participaron unas 500 personas, según los cálculos de entonces. Protestaban por la anunciada revisión de las normas urbanísticas, que creaba algunas zonas verdes y afectaba a titulares de solares y otros espacios que no estaban de acuerdo con los cambios. Los hijos de algunas de esas familias dueñas de los terrenos encabezaban la marcha que recorrió varias calles, y en la que había numerosas pancartas. Había muchas alusiones al entonces edil de Urbanismo, Sergio Rodríguez (el alcalde era el nacionalista Lois Cancela), con lemas como lemas como «Non á Kekostroika» (por el apelativo de Queco, del edil, y la entonces célebre Perestroika rusa), «Kekusklan fóra» o «Zona verde si, pero non así», entre otros muchos.

La comitiva había partido del atrio de la iglesia, sobre las 20.30 horas de un sábado, en medio de un ambiente festivo, con mucha música, cantando temas como «No nos moverán», y terminó media hora más tarde junto a la fuente. Había varios miembros de la Guardia Civil controlando la marcha, pero no se produjeron incidentes: todo quedó en cánticos y consignas. Entre los asistentes estaba el fallecido parlamentario y concejal del PP, José Manuel Vila, y el edil y posterior alcalde Manuel Pardines.

También participó Lolita Chouciño Rois. Recuerda aquella marcha, pero también el ambiente general de días anteriores y posteriores. «Aqueles foron días intensos», señala. Hubo más concentraciones, como aquella en la que todos vestían de verde en alusión a los cambios urbanísticos previstos. «Querían poñer unhas normas urbanísticas que a moitos non lle gustaban», señala. En alguna ocasión, no ese día, las protestas se hacían delante de la puerta del Concello, lo que motivó la presencia de las fuerzas de seguridad. Tensiones había. El mismo día de la manifestación, la comisión de afectados por la revisión de las normas urbanísticas había pedido serenidad y reflexión para no crear enemistades entre amigos y familiares, un riesgo siempre latente.

Curiosamente, Malpica es uno de los escasos concellos de Bergantiños que aún siguen sin Plan Xeral de Ordenación Municipal.

Desde ese agosto de 1990 hubo muchos actos de protesta y manifestaciones en Malpica: un encierro en el colegio en 1991, una concentración de padres de alumnos del instituto Urbano Lugrís en junio del 2000, una manifestación de naseiros al mes siguiente, estudiantes del urbano Lugrís por el mal estado del centro en febrero del 2001, contra un tanatorio en A Camuza en mayo del 2002, contra la planta acuícola prevista para Seiruga en diciembre del 2007, armadores de Celeiro y Ribeira ante la casa del presidente de cofradías en el 2008, el ANPA del Milladoiro en febrero del 2009... Y más.

Lolita Chouciño Reis. Fue una de las participantes. Recuerda que hubo más por el mismo tema. En otras, como aquella en la que todos iban de verde, con túnicas de ese color, no estuvo -aunque la vio- pero en esta sí. Tiene 62 años, un hijo de 29, que entonces tenía apenas un año, por eso también le quedó en le memoria. Lolita dice que algunos de los manifestantes que se ven en la imagen ya han fallecido; otros, más jóvenes, residen fuera. Y que, en todo caso, fue un acto con tintes festivos, sin problemas, y multitudinarios. Recuerda que en la cabecera iban niños de las familias a las que más podrían afectar los cambios urbanísticos previstos, especialmente para construir zonas verdes. «Moitos non querían eses cambios», dice.

La foto. El 4 de agosto de 1990 se celebró una manifestación en las calles de Malpica a la que asistieron unas 500 personas, según los cálculos publicados al día siguiente. Los vecinos protestaban contra los cambios que se pretendían introducir en las normas urbanísticas. Las críticas estaban dirigidas sobre todo al alcalde, Lois Cancela, y al concejal de Urbanismo, Sergio Rodríguez. Fue una reivindicación masiva, pero también con tintes festivos. Había bastantes agentes del orden, pero no fue necesaria su intervención.