Cofradía de Malpica: un naufragio casi inevitable

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Ana Garcia

A la caída de las ventas se suma la pérdida de una subvención de 30.000 euros de la Diputación

25 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La situación de la cofradía de Malpica es casi desesperada, el naufragio de la entidad es prácticamente inevitable porque todas las medidas que se han puesto en marcha o no han funcionado o no han sido suficientes para poder afrontar la enorme deuda que acumula la organización.

La lonja. La caída de las ventas ha sido brutal. Malpica ha perdido pesquerías que le eran fundamentales para su subsistencia. El cerco, que suponía más del 50 % de sus ingresos solo descarga ahora en A Coruña. Aunque el porcentaje de retorno se ha incrementado hasta el 2,5 %, no es suficiente para que las cuentas de la cofradía puedan remontar. Malpica también ha perdido el mercado del percebe, que ofrecía suculentos beneficios. Llegó a postularse como lonja central de la Costa da Morte para estos crustáceos, pero la iniciativa fracasó. Ahora, la comercialización del pulpo se ha desplazado a Laxe y a A Coruña. La pérdida es muy importante porque las cotizaciones son muy altas este año y porque tradicionalmente Malpica tenía en el pulpo uno de sus principales activos. Toda esta situación ha hecho que disminuya notablemente el número de compradores, lo que ha hecho que la lonja, que fue la más importante de la Costa da Morte, siga perdiendo peso. Actualmente no hay ni una decena de compradores habituales, una quinta parte de los que puede haber en Fisterra y la mitad de los que acuden a Laxe. Además, el ambiente está enrarecido. Desde la cofradía han hecho responsables a varios compradores del retraso en el pago a los barcos. Por lo que respecta al pulpo, desde que se abrió la veda en julio, solo se han comercializado 25 toneladas, la mitad que en el mismo período del año pasado, aunque la elevada cotización ha compensado en parte la diferencia. Los ingresos han sido de 212.978 euros, frente a los 265.037 del 2016

Los trabajadores. El retraso en el pago de los salarios continúa siendo muy destacable. Los empleados, entre los que se encuentra el patrón mayor, cobran dos de cada tres meses en el mejor de los casos. Además se ha reducido la plantilla mediante un ERE de extinción y se hizo otro de reducción de jornada. 

Administración

La Diputación. El Boletín Oficinal de la Provincia publicaba ayer las subvenciones destinadas al fomento pesquero. La cofradía de Malpica había solicitado una ayuda de 30.000 euros, la más elevada del plan, para «cubrir os gastos do persoal contratado», lo que ascendía a 37.499 euros. El organismo provincial ni siquiera ha podido admitir la petición por la deuda con la Seguridad Social, que impide a la cofradía malpicana cobrar cualquier tipo de ayuda oficial. La cofradía solo tiene en estos momentos un funcionario en plantilla, por lo que todos los demás empleados corren de su cuenta. Recibirán dinero para financiar los gastos de personal la agrupación de mariscadoras del Anllóns (7.317 euros) y las cofradías de Camariñas (20.000 euros), Camelle (15.000 euros), Corme (8.989 euros) y Laxe (15.000 euros).

La Xunta. La principal deuda de la cofradía de Malpica es con Portos de Galicia, que depende de la Consellería do Mar. Hace ya meses negociaron con el nuevo cabildo un plan de viabilidad para poder ir pagando la deuda, pero hasta el momento ha sido imposible amortizarla porque los ingresos no han hecho otra cosa que bajar y aunque se han reducido también los gastos, la diferencia sigue siendo negativa. La idea de obtener dinero con la venta de algunas propiedades tampoco ha resultado. La lancha de vigilancia Vila Pérez no consiguió interesar a los compradores.

El Estado . La deuda con la Seguridad Social es la más onerosa porque impide a la cofradía percibir ayudas, como ya ocurrió con otras Administraciones, como el Concello de Coristanco. Profesionales en la gestión de entidades públicas abogan por una negociación que permita elaborar un plan de pagos para poder levantar el veto a acceder a las subvenciones, con el fin de iniciar la recuperación.