El negocio que pierde la cofradía de Malpica se escapa de la Costa da Morte

«Hoxe mesmo nós tivemos un comprador que non vén porque Malpica non abriu», ejemplifica ayer el secretario de la cofradía de Laxe, Antonio Devesa, para dejar claro que la delicada situación por la que atraviesa el pósito malpicán para nada favorece a sus vecinos de la Costa da Morte, sino más bien al contrario, porque ese volumen de actividad y negocio no se queda en la zona, sino que se escapa a otros lugares, fundamentalmente al Muro de A Coruña.

Puede darse algún caso puntual, como ocurrió en los últimos días con algún comprador de pulpo, pero no se está produciendo un trasvase ni de descargas de barcos, ni comercializadores entre Malpica y Laxe. Es más, como dice Devesa, el declive de la primera lonja si le afecta a la segunda es para mal, porque «hai compradores que fan unha ponte entre os dous sitios e, ao mellor, solo por vir a Laxe xa non veñen». De ahí que, por el momento, no hayan notado efecto significativo alguna aunque, si los hay, prevén que sean negativos, ya que para estas pequeñas cofradías resulta fundamental mantener tanto a los barcos que descargan en sus instalaciones como a los compradores que se acercan hasta ellas y eso es un trabajo complicado que supone una implicación diaria. «Antes do Prestige o peixe vendíase só, como quen di, pero hoxe se un comprador ves que falta dous ou tres días hai que chamalo para ver se ten catarro ou operaron a súa nai», explica el secretario laxense que conoce bien el sector.

Al margen de las opiniones de los profesionales, los propios datos que recopila Pesca de Galicia muestran a las claras que no se produce ese trasvase de actividad y también que la caída es generalizada. De hecho, los alarmantes descensos, tanto en descargas como en volumen de negocio que se aprecian en Malpica si se compara el último trimestre con el mismo período del año pasado hay que ponerlos en un contexto de descensos generalizados que afectan ya no solo a las lonjas de la Costa da Morte, sino a las de toda Galicia. La explicación, en palabras del también laxense Antonio Allo, que compra en la localidad, en A Coruña y en otros lugares, por lo que conoce bien como funciona el sector, no está clara, pero habría que buscarla, fundamentalmente, en la climatología. «En todo o ano habería catro días de non ir ao mar, co cal ese descanso natural que se lle daba no inverno polos temporais non se produciu», señala el comercializador que aprecia descensos generalizados de la oferta de producto «aquí, en Fisterra, en Muros e en todos os sitios». Algo que no se entiende muy bien porque no se puede hablar de sobreexplotación «cando a flota de toda a zona se reduciu moitísimo e se vén un barco novo hai polos menos catro ou cinco que foron de baixa».

Con todo, las cifras de Malpica son verdaderamente significativas porque en estos tres meses en relación con los mismos del 2016 se descargaron 717 toneladas menos de pescado y la facturación total se redujo en 418.360 euros, lo que complica todavía más la ya de por sí precaria situación de la cofradía, acuciada por las deudas. Sin embargo, no se trata ni mucho menos de un caso único, porque en la vecina lonja de Laxe, aunque con otras magnitudes muy inferiores la caída también es acusada, con 68.128 kilos y 80.939 euros menos. Solo el mes de agosto tuvo un comportamiento atípico, porque habitualmente las capturas caen de manera sensible ya que muchos profesionales dejan los barcos durante este mes y se dedican al percebe, pero en esta ocasión regresó algún pesquero de la localidad que estaba trabajando fuera, lo que compensó los datos. Por lo demás, como explica Antonio Devesa, él no recuerda meses de septiembre y octubre tan malos cómo los de este año, con lo que esperan los datos de noviembre para tener un visión más exacta de como se están comportando las capturas.

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