Siete guardias de Malpica operan en un cuartel de 25 metros cuadrados

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

ANA GARCÍA

Continúan sin avances, siete años después, las negociaciones para un nuevo puesto

02 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los siete agentes de la Guardia Civil adscritos al puesto de Malpica apenas tienen espacio físico para atender a los vecinos que solicitan su ayuda o precisan presentar una denuncia. En concreto, 25 metros cuadrados, repartidos en dos oficinas y servicios, en un local situado en la planta baja de la casa consistorial.

El recinto habilitado instituto armado incumple cuestiones tan elementales como el garantizar el anonimato a las mujeres víctimas de violencia machista que van a denunciar su caso. La normativa exige un departamento aislado del resto de dependencias. Tampoco cumple las medidas mínimas para garantizar la seguridad de los propios agentes.

Por volumen de trabajo, el puesto malpicán debería tener entre 300 y 330 metros cuadrados de superficie útil, muy lejos de lo que ofrece el actual recinto, habilitado en 1992.

Hace siete años, el instituto armado y el Concello de Malpica iniciaron las conversaciones para buscar una alternativa a este recinto de apenas 25 metros cuadrados, pero hay dos problemas que impiden alanzar un acuerdo. El primero es que en el casco urbano de Malpica no hay un solo local de estas dimensiones (en torno a los 300 metros cuadrados) y que reúna unas características tan específicas como las que precisa la Guardia Civil. Y segundo, que en el instituto armado pretenden que sea el Ayuntamiento el que ponga el local a disposición de los agentes. El ejecutivo local ya encargó a los técnicos un estudio en el año 2014 para ver cuál sería el coste que deberían asumir las arcas municipales. La inversión mínima rondaría los 200.000-300.000 euros, una cuantía a todas luces inasumible para un Ayuntamiento que tiene un presupuesto de 4,9 millones de euros, y que no puede destinar ni un solo euro de su remanente (1,33 millones en el 2016) por culpa del cumplimiento de la ley de estabilidad presupuestaria.

Las negociaciones apenas han avanzado en los últimos siete años y los sucesivos responsables de la quinta compañía han planteado a sus superiores la necesidad de dotar a los agentes de un mayor espacio. El tiempo transcurre y no parece que haya avances significativos. Incluso en octubre del 2014 hubo cierto runrún por Malpica de que la Guardia Civil pretendía trasladar las oficinas a Cabana, algo que negaron tanto en el Concello como en el instituto armado.

Propuesta

El equipo de gobierno local ha propuesto a los responsables de la Comandancia de A Coruña una alternativa a la actual ubicación, y en principio muy interesante: la Casa do Oleiro de Buño. Presenta muchas ventajas: dispone del espacio suficiente que demanda el instituto armado, cuenta con varias plazas de aparcamiento en el exterior y está estratégicamente bien situado: en las inmediaciones de la rotonda que enlaza con Carballo, Malpica y Ponteceso.

El ejecutivo local no tiene problema alguno en ceder el inmueble, pero lo que no quiere es asumir coste alguno que supondría la obra de reforma. La pelota se encuentra ahora mismo en el tejado de los responsables de la Guardia Civil y de la Delegación y Subdelegación del Gobierno.

La plantilla se encuentra bajo mínimos en plena temporada estival

El de Malpica, junto con el de Ponteceso y Laxe, es uno de los puestos más afectados por la falta de agentes de servicio durante la época estival. En la actualidad no cubren ni la mitad de la plantilla (algunas fuentes consultadas hablan de 4 de 7 guardias trabajando), lo que se traduce en dificultades para cubrir las patrullas de servicio. De hecho, hay fines de semana que los refuerzos provienen de los puestos de Camariñas, Muxía, Corcubión o Vimianzo.

Es más, el puesto malpicán estuvo varios días cerrado al público durante las pasadas Navidades por falta de efectivos, lo que obligó a los vecinos a tener que interponer sus denuncias o quejas en los puestos más próximos (Laxe y Ponteceso) o tener que ir directamente al principal de Carballo, lo que se traduce en coger el coche y cubrir 40 kilómetros entre ida y vuelta.

En el Concello insisten en colaborar con la Guardia Civil en todo lo que precisen, como la cesión de la Casa do Oleiro, pero quieren garantías de que el puesto estará abierto todo el año.