Algunos concellos tienen judicializada parte de la vida política. En Malpica, la concesión de una licencia de obra en A Atalaia para la construcción de un edificio de 34 pisos (cuyas obras arrancaron en agosto del 2006) y que se encuentra tapiado y abandonado, ha salpicado al alcalde, Eduardo Parga Veiga; a su predecesor en el cargo, José Ramón Varela Rey, a la entonces secretaria municipal, Carmen Seoane Bouzas, al técnico municipal Juan Luis Arroyo Sobrino, al exedil Fernando Couto y al concejal de AIM (ex del PSOE) Antonio Pereira, O Rulo. Un juzgado de A Coruña se hizo cargo del caso, cuya instrucción comenzó en Carballo, y ha abierto juicio oral. El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de ellos un año de prisión y ocho de inhabilitación para ejercer cargo público. A esta petición hay que añadir la fianza fijada, de forma conjunta y solidaria, por la jueza, de 650.000 euros para los seis investigados.
En Coristanco, el exalcalde Antonio Pensado y sus compañeros Juan García, Clarisa Couto, Emilio Fondo, Luis Souto, José Rodríguez, Carlos Reino, Carmen Suárez y Fidel Cotelo y un empresario de la localidad están siendo investigados por presuntas irregularidades en la adjudicación de obras en Coristanco. El procedimiento continúa en fase de instrucción en el juzgado número 1 de Carballo. Por su parte, el número 2 abrió diligencias por un presunto intento de soborno a la edila de Terra Galega Laura Tasende Cancela por parte del trabajador municipal, Manuel Lema Seoane. Ambos tuvieron que declarar por estos hechos el pasado día 18.
Sin embargo, el regidor que se enfrenta a un proceso más complicado es el ceense, Ramón Vigo, que está pendiente de la apertura de juicio oral por la causa derivada de la operación Orquesta, en la que también sigue implicado el exalcalde de Corcubión, Francisco Javier Lema, además de en otro caso de una obra.
Por contra, el primer edil de Camariñas, Manuel Valeriano Alonso, ya ha sido condenado a cuatro años de inhabilitación y ahora espera que la Audiencia provincial acepte su recurso. Por el momento sigue en el cargo en una situación muy precaria.