Imposible vender la Casa do Mar de Malpica para pagar deudas del pósito

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Jose Manuel Casal

Debería ser devuelta al Concello y pesa sobre ella una hipoteca que vence en el 2018

08 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace ya años que la situación económica de la cofradía de Malpica es desesperada. Sobre la entidad pesa una deuda enorme con Administraciones públicas y la situación no ha hecho más que empeorar, hasta el punto que ha sido necesario recurrir a un expediente de regulación de empleo, de momento temporal. La cofradía necesita liquidez y ha puesto a la venta algún patrimonio mobiliario y pretende hacer lo mismo con al menos parte del inmobiliario. El 11 de marzo hubo una reunión de la junta general en la que se acordó tramitar la división horizontal del edificio, lo que permitiría vender una parte. Sin embargo, sobre el edificio pesan varias cargas, que pueden dar al traste con los planes del pósito.

Sobre la construcción pesa una hipoteca reciente y una cláusula de reversión antigua. Según la documentación del registro de la propiedad, el edificio tiene que seguir siendo Casa do Pescador o Casa do Mar, ya que revertirá de nuevo en el Ayuntamiento de Malpica «de no dedicarse al fin propuesto», según el documento de 1952.

Así, la intención expresada por el alcalde de Malpica, Eduardo Parga, de adquirir parte del patrimonio de la cofradía para ayudar a la institución no tendría el más mínimo sentido, porque el terreno sobre el que se levantó es municipal y volvería al Concello en el caso de que dejara de ser un edificio para los pescadores.

Cuarenta y ocho cuotas por 63.000 euros

Pedro Pérez Martelo tomó posesión de su cargo en julio del 2014 y en diciembre suscribió una hipoteca con Abanca sobre la Casa do Mar por valor de 63.000 euros. Ya había intención de ello antes de que fuera patrón mayor, ya que fue Genaro Amigo el que inscribió en septiembre del 2013 la construcción a nombre de la cofradía, paso previo para poder hipotecarla. Sin embargo, el pósito lo que tiene es el «dominio de la obra nueva declarada». En ese documento se inscribe también el terreno y se concreta que fue cedido gratuitamente.

Los 63.000 euros más los intereses tienen que estar devueltos antes del 1 de enero del 2019, lo que significa que la cofradía tiene que pagar 48 cuotas. La primera, el 31 de enero del 2015 fue de 1.176,41 euros, pero a partir de entonces fueron aumentando de año en año, aunque muy poco.

La hipoteca es, en realidad, una garantía para la devolución de un crédito, que la cofradía había solicitado previamente y que no pudo devolver. De hecho, al parecer no llegó ni a pagar los intereses o solo una parte de ellos.

Otro de los trámites necesarios para obtener la hipoteca fue la valoración del inmueble, que tiene tres plantas y un semisótano y ocupa una superficie de casi 200 metros cuadrados en el centro del pueblo. A efectos de subasta la construcción partiría de 393.010,52.

Ahora, la cofradía está obligada a realizar los pagos, lo que incrementa sus dificultades financieras, con el agravante de que no puede recibir ninguna ayuda o subvención pública, por lo que el Concello solo podría apoyarla si compra algo de patrimonio, pero tampoco puede hacerlo.

Documentación

1923. Constitución. El 10 de junio se constituye oficialmente la cofradía de Malpica. El primer patrón mayor es José Pombo Varela y la junta general se compone de diez personas, a la que hay que añadir la inspectora, presidida por el ayudante de marina de Ponteceso y el cura, un representante del juzgado, el médico y un abogado. Entonces se estableció una cuota de 5 pesetas de entrada y 2 reales al mes. También decidieron arrendar un local y contratar un conserje.

1924. Ayudas. En agosto murieron dos pescadores, uno en Tarragona y otro en O Grove, y desde la cofradía enviaron 7,5 pesetas para cada familia. En diciembre se nombra patrón mayor a Ramón Pose.

1926. Solicitudes. El presidente de la cofradía es José Cousillas Lamas. En octubre la junta general acuerda solicitar al Ministerio de Fomento la construcción de una dársena con rompeolas y una lonja, con subvención del 75 % a cargo del Estado. Para pagar el resto se obliga a los pescadores, comerciantes y particulares a contribuir. Poco después se acuerda que todos los pescadores se afilien al pósito, aportando una peseta al mes, para financiar la obra.

1933. Suspensión. En julio se reanudan las actividades de la la entidad, suspendidas tres años antes, y se reorganiza el pósito, José Alfeirán Santiago preside la junta provisional. Se trasladan las oficinas.

1934. Traslado. El patrón mayor, que sigue siendo Alfeirán Santiago, recaba el traslado para Malpica de la Subdelegación de Pesca de Corme. Además deciden contratar los servicios del médico Manuel Amigo.